miércoles, 28 de enero de 2015

¿Qué pasa en Venezuela? (Primera parte)

| Publicado el día Lunes, 19 Enero 2015 en COLOMBIA INFORMA
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En las últimas semanas Venezuela ha sido, una vez más, el blanco de los medios de comunicación en Colombia y el mundo. La crisis económica derivada de los bajos precios del petróleo y la escasez de alimentos parece ser la hipótesis en la agenda informativa. El Equipo Editorial del Congreso de los Pueblos en Venezuela presenta las ‘Cápsulas contra el estupidecimiento mediático’, una serie de columnas de opinión sobre lo que ocurre en la República Bolivariana.
Sin duda alguna Venezuela es noticia de primera plana en muchos de nuestros países. Esto puede ser por la terrible situación del país y la ‘catastrófica crisis’ a la que está sometida la pobre población por culpa del despiadado gobierno Castro – Chavista - Comunista – Terrorista. Durante las siguientes entregas, proponemos hacer un recorrido por diferentes aspectos de la situación venezolana y algunas de sus causas no sin antes insistir en que las realidades no son puras ni homogéneas y que, por el contrario, el análisis político de esta situación en particular está atravesado por múltiples matices y contradicciones.

Una primera inquietud a explorar debe arrancar por quién nos cuenta lo que pasa en Venezuela. Un principio básico, para que no hagamos el papel de tontos útiles y opinadores idiotizados, es despertar la conciencia. El medio de comunicación que me muestra “objetivamente” la realidad, ¿a quiénes pertenece? ¿Qué intereses tiene?.

De forma simple, quién paga la música escoge la canción y el ritmo. Es decir, quien paga la noticia, define qué se dice y cómo se dice. Entonces aquí, nos encontramos con la necesaria tarea de preguntarnos por ejemplo, ¿por qué el canal colombiano NTN24 le dedica tanto de su programación a difundir noticias en contra del gobierno venezolano? O ¿a quién pertenece Caracol y RCN? ¿Qué interés tienen los dueños de CNN o de TVEspañola?  

Una primera tarea que podríamos realizar en cada uno de nuestros países sería identificar cuáles son los principales medios que me hablan de Venezuela y de su situación, a quiénes pertenecen estos medios y qué posición política tienen sus dueños.

Si usted tiene la capacidad de entender, con mente abierta, qué tal vez lo que le dice la televisión y la prensa no es tan cierto sobre lo que pasa en Venezuela (ni el infierno ni el paraíso), les invitamos a explorar otra mirada sobre nuestra realidad.

Mañana les contaremos, desde nuestra vivencia, el porqué de las colas y filas en automercados para comprar productos básicos para el consumo familiar. Les prometemos no caer en lecturas o posiciones pro gobierno a ultranza.  Con la idea de capsulas diarias, intentaremos aportar en pequeñas dosis a la desintoxicación mediática. Este tratamiento para activar la pensadera sobre la situación de Venezuela, ha comenzado. 


¿Qué pasa en Venezuela? (Segunda parte)

| Publicado el día Martes, 20 Enero 2015 en COLOMBIA INFORMA
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Continuamos la serie de columnas de opinión que explican la situación actual que atraviesa el pueblo venzolano. O mejor, en las siguientes líneas, algunos integrantes del Congreso de los Pueblos en Venezuela dan otra versión de lo que ocurre en su país.
Uno de los principales argumentos discursivos y visuales para evidenciar la crisis o "estallido" social en Venezuela, son las colas a la entrada de cualquier supermercado, negocio o venta de insumos alimenticios y para el hogar.  Por diferentes medios del mundo se denuncia el presunto desabastecimiento resultado de la falta de dólares, las bajas importaciones, por la ineptitud del presidente, por la falta de lo que sea pero por culpa del gobierno que, en pocos años ha destruido el "emporio económico" que éramos y nos ha traído la "cubanización" de Venezuela. Lamentablemente a la población se le olvida que la llegada del Comandante Chávez al poder se originó precisamente porque ya no aguantábamos más la implementación del paquete neoliberal.

Las colas en Venezuela, ¿para qué?

En un articulo muy interesante, Domingo Diaz Rangel cita las opiniones del sicólogo Erick Rodríguez en un análisis de esta situación: "El Gobierno puede estar ganando una batalla en el reabastecimiento, pero podríamos perder la batalla en la cola. Las colas son un instrumento de guerra que se ha creado para provocar la neurosis; la hemos categorizado como ristratimia (a la gente no le importa qué se vende en la cola, compra lo que sea, por lo que sea, no le importa), es una situación de histeria, descompone la estructura emocional del ser humano, crea esconfianza”. A estas aseveraciones Diaz Rangel agrega: "Si te crean desconfianza, te crean decepción, o te desilusionas, o te desmovilizas. No buscan que los chavistas se pasen a la oposición, buscan que se abstengan y no vayan a votar”.
Basándonos en dichos elementos, podríamos identificar tres razones básicas por las cuales crecen las colas a pesar de los esfuerzos de re abastecer las estanterías:

Primero, es necesario tomar en cuenta que la cultura petrolera, altamente rentista y paternalista, ha incrementado la capacidad de consumo de la población los últimos veinte años de revolución. Por consecuencia, la sociedad venezolana carga una actitud altamente consumista, al extremo del derroche. Cuando vemos el motivo de muchos de los problemas del país, encontraremos la angustia y la necesidad de la gente para obtener papel higiénico, margarina, aceite, shampu, entre otros, que en definitiva no representan una necesidad real, de vida o muerte. Sin embargo, son productos que despiertan la sensibilidad de la población. 

De forma contradictoria al panorama del tal desabastecimiento, la población venezolana sigue siendo uno de los principales consumidores del Wiskey del mundo. Seguimos siendo compradores compulsivos de tecnología celular, ropa y cuanta cosa podamos comprar. Ciertamente los niveles inflacionarios, especialmente especulativos, hacen que la vida en este país sea extremadamente cara, pero la cantidad de dinero circulante en las calles hace que, a pesar de lo costoso, la gente siga consumiendo y consumiendo.

Otro elemento que incidide en las molestas colas es el acaparamiento. Por un lado, la presencia de grandes empresarios organizados para promover el malestar y la desestabilización popular, como el caso reciente de los galpones que incautó el gobierno con toneladas de productos secuestrados a manos de empresarios privados. Este tipo de acciones debería despertar nuestras sospechas: ¿por qué un comerciante se beneficiaría con tener sus productos retenidos habiendo tanta demanda en la calle?

Un segundo nivel de acaparamiento se encuentra en la población que, producto de las “compras nerviosas”, en lugar de adquirir solamente lo que necesita busca surtirse de productos bajo la lógica de acumular todo lo que se pueda “porque estamos casi ante una guerra”. De esta forma, si cada persona en lugar de comprar uno o dos Kilos de harina de maíz compra diez, de forma lógica la harina se va a agotar de forma inmediata. Esta reacción producto de la paranoia, también ha sido parte de la política sembrada por los medios masivos de comunicación.

Por último, hay que mencionar la especulación, el contrabando y la reventa como motivos de las colas. Se ha generado una gran economía alrededor de comprar para revender cien o doscientos por ciento más caro. Gran parte de esta economía (de grandes mafias o familias), se ha concentrado en la exportación ilegal de productos lo que ha generado que en países del caribe o Colombia, muchos de los productos subsidiados por el estado venezolano, sean adquiridos gracias al contrabando en casi todo el territorio nacional.

La cola resulta un lugar ideal para provocar la exacerbación y la rabia de la gente contra Maduro y el gobierno, buscando que desatar conatos de saqueos o riñas en importantes sectores del país.Es muy importante que recordemos que todos estos planes de desestabilización han sido impulsados en otros procesos populares. Solo basta recordar la Chile de Allende como ejemplo.

En el caso de Venezuela, este año nos acercamos a las elecciones para definir diputados de la Asamblea Nacional. La oposición ha cambiado su forma de golpe violento y de forma rápida a lo que conocemos como “golpe blando”, en el que sembrar el descontento popular se convierte en la principal arma para voltear las elecciones en contra del gobierno revolucionario. La apuesta es seguir incrementando la rabia y la perdida de confianza en Maduro, incluso si esto implica reivindicar al Comandante Chávez.

Recordemos que sobre Venezuela pesa la reserva de petróleo más grande del mundo, por lo que cualquiera de estos planes de la derecha venezolana, esconde de forma directa la presión mundial e imperial por controlar toda los recursos junto con la riqueza material y espiritual que ha podido construirse a lo largo de estos 15 años.

El gobierno tiene el reto de definir medidas asertivas para controlar la guerra económica. Tiene el reto difícil de ejecutar esas medias y de ganar en credibilidad, de retomar la confianza, la esperanza de la población chavista, que de acuerdo a algunas experiencias recientes (como las elecciones internas del PSUV) seguramente no dirigirán su voto hacia la oposición pero se mantendrán en la abstención, situación que la derecha espera convertir en la principal base para su victoria electoral.

Para la próxima entrega, avanzaremos sobre el tema de la especulación. Esperamos que estas columnas permitan activar el debate, la duda, la pregunta y la reflexión.


¿Qué pasa en Venezuela? (Tercera parte)

| Publicado el día Jueves, 22 Enero 2015 en COLOMBIA INFORMA
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Esta es la tercera entrega de las capsulas sobre la situación de Venezuela. En las dos anteriores se plantearon los temas de la participación de los medios en la idea de crisis y la manera en que el acaparamiento genera las largas filas, utilizadas como símbolo de esta.

Por: Carlos Ramirez*
La comida es un arma de guerra… ¿Quienes controlan el gatillo? Venezuela desde hace más de 60 años construyó una total dependencia con el petróleo y progresivamente fue acabando con su capacidad productiva, tanto en lo material como en lo cultural.

El empresariado venezolano se constituyó como un revendedor de productos que de forma simple compra afuera y vende adentro. La clase dominante además de ser muy poco productiva, se acostumbró a ser altamente parasitaria chupando de los dividendos del petróleo. Eso no ha cambiado mucho, con la diferencia que las mayorías populares históricamente excluidas de la capacidad de consumo, desde la llegada del comandante Chávez han vivido y disfruta de la redistribución de la renta petrolera. En realidad el modelo económico y productivo sigue siendo el mismo pero más y un poco mejor repartida la renta.

Ante esta redistribución del capital nacional, altos porcentajes de la población comenzaron a tener la posibilidad de comprar, de consumir. De forma totalmente positiva y necesaria, el gobierno a través de las Misiones Sociales, impulsó la satisfacción de una gran cantidad de reivindicaciones en materia de salud, alimentación, vivienda, entre otros; pero lamentablemente, este aumento en la capacidad de consumo sin una cultura productiva, en definitiva lo que ha generado es la masificación de la misma tradición parasitaria que antes estaba en pocas manos pero que ahora incorporó a muchos otros en diferentes niveles.

Es importante insistir que cambios estructurales no son cambios instantáneos o que solo dependan de leyes que los definan. Especialmente el cambio cultural, requiere tiempo y mucho esfuerzo para desaprender la vieja cultura. La política impulsada en el Plan de la Patria, en la propuesta comunera en la idea de la revolución bolivariana ha dado grandes saltos hacia la construcción de otro modelo. Lo avanzado ha sido mucho, con muchas fallas, pero se ha avanzado. Sobre esto que no quepa ninguna duda.

Ahora bien, ante la realidad que aún se mantiene gran parte del poder en las mismas manos de siempre, hay algunos datos interesantes. Por ejemplo: el 49,6% de la harina de maíz pre-cocida para hacer las arepas (culturalmente aferradas a la mesa venezolana), es de producción de Empresas Polar. 80% de la comercialización de alimentos y productos para consumo familiar está en manos de Asociación Nacional de Supermercados y Abastos (ANSA). El 70% del control del mercado venezolano está en manos de Fedecamaras y Cosecomercio. El 75% de los productos de higiene personal (detergentes, pañales, champú, entre otros) están bajo el control de la importación de Protec & Gamble. Todos estos sectores anteriormente nombrados en momentos claves de estos 15 años, han jugado papeles protagónicos y notorios en conspiraciones para tumbar al gobierno revolucionario con el golpe de Estado contra el Presidente Chávez en el 2002.

Sumado a esto surgen algunas reflexiones básicas pero muy interesantes. Podríamos decir que aunque el sector privado controla la poca producción y la comercialización, esto no quiere decir que sean malos. Podríamos argumentar que estos “honestos empresarios” están de manos atadas ante los controles de la despiadada política de este nefasto y corrupto gobierno.  Vienen ocurriendo algunas cosas muy curiosas sobre el desabastecimiento. Por ejemplo no se consigue café en los supermercados, pero si lo consigues revendido en las calles o más curioso aún, en las panaderías y locales comerciales, regularmente nunca falla. Igualmente la leche que no se encuentra en ningún lado pero si encontramos queso, yogurt, crema de leche para untar y podemos comprar café con leche en las panaderías.

Otro ejemplo interesante es el del papel higiénico que ante su escasez nos encontramos ante una crisis que podría generar una huelga de rabos sucios. De forma real, sería mucho mejor lavarse con agua y jabón, pero bueno, volviendo al punto, no se consigue papel higiénico, pero si servilletas o toallines. Conseguir pañales desechables es toda una odisea pero no faltan de la misma forma los tampones o toallas sanitarias.

Otro fenómeno curioso es la situación de escasez de los productos con precios regulados por el Gobierno. No se consigue arroz regulado pero si el arroz saborizado o el parbolizado, que con un sencillo y económico proceso industrial deja de ser regulado y eleva su precio en un 400 o 500%. O la harina que al convertirla en “enriquecida”  con avena o arroz puede aumentar su precio en un 300%.

Todo lo anterior es solo una pincelada sin tocar el cuento de contrabando de extracción especialmente hacia Colombia. Apenas este martes pasado en el estado Zulia (frontera nor occidental con Colombia), el Gobierno incauto 30 toneladas de azúcar y 23 toneladas de carne de vaca.

Seguimos haciendo un rápido paseo por algunos elementos que están afectado la economía y la política nacional y que nos permiten afirmar que en medio un mucho otros elementos, si hay una guerra económica contra el proceso bolivariano y un ejercicio sistemático de utilizar los alimentos y los productos de consumo familiar como armas para la desestabilización y el descontento popular.

Les invitamos a ver un video sobre el fenómenos de las colas (en la capsula pasada hacíamos referencia a estas), en el que Erick Gutiérrez comenta un poco sobre este asunto desde la perspectiva sicológica.

Para la próxima capsula, les planteamos comentar un poco sobre cómo y el por qué del contrabando de alimentos hacia Colombia y qué es eso del dólar paralelo y raspar las tarjes en el exterior.

Confiamos en que estas capsulas sirvan para general algunas reflexiones sobres lo que está pasando en Venezuela y les invitamos a preguntar, a compartir inquietudes e ideas sobre la situación de este país que sin duda alguna, sigue liderando gran parte de nuestras esperanzas por un mundo, o más bien, por un modelo nuevo para la vida, para el buen vivir, para la suprema felicidad posible.   

*Carlos Ramírez, integrante de la organización Colombia No Está Sola y el Congreso de los Pueblos en Venezuela.
* Equipo de Redacción y corresponsalías de Colombia Informa en Valle del Cauca.
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