viernes, 13 de febrero de 2015


Un plan conspirativo por parte de la derecha, con apoyo extranjero, para derrocar al Gobierno legítimamente electo no cesa contra Venezuela. La estrategia ha cumplido varias etapas, unas contra el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, tal como sucedió con el golpe de Estado de abril de 2002, y otras, con igual intensidad y nuevos actores, contra el presidente de la República, Nicolás Maduro.
En todos los casos, las acciones obedecen al objetivo estratégico permanente del Departamento de Estado de Estados Unidos traducido en caotizar el país y dar al traste con el proceso revolucionario iniciado hace 16 años.
Durante el periodo presidencial del Comandante Hugo Chávez las amenazas contra Venezuela abundaban y se fraguaron varios planes de desestabilización. Luego del fracaso del golpe de Estado en su contra en 2002, que fue organizado y apoyado desde el Gobierno de Estados Unidos, hubo numerosos intentos de derrocarlo a través de sabotajes económicos, intervenciones electorales, planes de magnicidio, guerra psicológica, financiamiento multimillonario a la derecha desde el exterior y un plan de aislamiento internacional que finalmente no tuvo éxito.
Ahora que su legado es continuado por el presidente Maduro, el complot de la derecha nacional con el imperio norteamericano se ha evidenciado con el surgimiento de planes anticonstitucionales para derrocarlo, sin embargo, en todas las eventualidades, el Gobierno Nacional ha logrado neutralizar y derrotar estas fallidos intentos de torcer la democracia protagónica y participativa conquistada por el pueblo venezolano desde 1998.
Una seguidilla de maniobras antidemocráticas, atajadas a tiempo, dan cuenta del incesante ataque de sectores de la derecha contra el pueblo y la Revolución Bolivariana.
Fiesta Mexicana
Este plan conspirativo retornó con mayor intensidad en octubre 2010 con la denominada “Fiesta Mexicana”, en la que estuvieron presentes varios actores de la ultraderecha como Gustavo Tovar Arroyo- quien participó en las labores y logística de financiamiento de acciones terroristas durante las guarimbas de 2014-, el ex alcalde y promotor de bandas fascistas en San Cristóbal, Daniel Ceballos, asi como los derechistas Lester Toledo, Freddy Guevara, David Smolansky, entre otros.
En la citada reunión, que se efectuó del 29 octubre al 1 de noviembre de 2010 en un hotel del Distrito Federal en México, se seleccionó a jóvenes de la derecha venezolana, que incluyó a supuestos “estudiantes” de todas las universidades, con el fin de desestabilizar el país.
Durante esos tres días los participantes recibieron un taller para llevar a cabo un programa de acciones de “protestas” y “recuperar la democracia”, con la idea de “crear un plan de acciones que activen las fuerzas juveniles con un propósito claro de liberación nacional”, revelaría en 2014 el entonces ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.
El “Plan País”
En el 2012 se desarrolló el “Plan País”, desarrollado por el activista de derecha Humberto Prado, que tenía como objetivo promover protestas permanentes en las cárceles, huelgas de hambre y reyertas para generar una situación de ingobernabilidad.
El Gobierno Nacional denunció que el plan lo habían diseñado Juventud Activa Venezuela Unida (JAVU) -financiada por Henrique Salas Römer- Movimiento 13, Operación Libertad y Tovar Arroyo, quien tiene conexiones con el ex presidente de México, Vicente Fox; el banquero venezolano y prófugo de la justicia Eligio Cedeño (quien aportaba desde el exterior financiamiento para las movilizaciones), Álvaro Uribe y Gene Sharp, cerebro de los golpes blandos en contra de los gobiernos progresistas en el mundo.
También hacían parte de este plan de sedición los abogados Rocío San Miguel, Tamara Sujú y Gonzalo Himiob, quienes mantienen contacto con el estadounidense Otto Reich, vinculado con la Agencia Central de Inteligencia de los EEUU (CIA, por sus siglas en inglés) y también con Eligio Cedeño.
“La Salida”
El pasado 12 de febrero se cumplió un año del plan fallido de la derecha llamado “La Salida”; una plan criminal que promovió el derrocamiento del presidente Maduro a través de acciones de violencia en las calles, destrozos en las fachadas de instituciones públicas y privadas, quema de universidades, colocación de guayas para degollar motorizados y tiros de gracia para quienes intentaran despejar las vías bloqueadas por basura y escombros.
Este plan se inició ese día en el centro de Caracas cuando una movilización promovida por Leopoldo López terminó en ataques vandálicos a la sede del Ministerio Público (MP) y el asesinato de dos personas.
“La Salida”, que se extendió hasta junio de 2014, promovió acciones de terrorismo en las calles de algunos municipios del país gobernados por la derecha, a través de las llamadas guarimbas, que dejaron un saldo de 43 personas asesinadas, casi 900 heridos, daños a instituciones públicas y privadas y más de 10.000 millones de dólares de pérdidas económicas a la nación.
Entre los implicados de este plan, financiado y dirigido por el Gobierno de Estados Unidos, se encuentran María Corina Machado, y los exalcaldes de San Cristóbal (Táchira) y San Diego (Carabobo), Daniel Caballos y Vicencio Scarano, respectivamente. Estos dos últimos se encuentran privados de libertad por su responsabilidad en estos hechos.
Por su parte, Leopoldo López está procesado por la justicia venezolana por fomentar estas acciones violentas. Se entregó voluntariamente a las autoridades el 18 de febrero de 2104, después que un sector de la ultraderecha planeaba asesinarlo.
Plan de magnicidio
El 28 de mayo de 2014, Jorge Rodríguez, como vocero del Alto Mando Político de la Revolución Bolivariana, presentó una serie de pruebas que involucraban a María Corina Machado y a Diego Arria en la gestación de un plan de magnicidio contra el jefe de Estado.
Machado pidió a Arria “acumular esfuerzos” para “aniquilar” a Maduro, tras el desgaste de los focos de violencia (guarimbas) y las consecutivas derrotas electorales de la derecha.
“Llegó la hora de acumular esfuerzos, hacer las llamadas necesarias y obtener el financiamiento para aniquilar al Maduro” le escribió en un correo electrónico Machado a Arria, éste último pre candidato presidencial en las primarias de la oposición en el 2012.
Acerca de esta propuesta, Arria luego le consultó a Pedro Mario Burelli, ex directivo de Petróleos de Venezuela cuando estaba en manos de la burguesía, quien calificó como correcta la postura asumida por Machado de asesinar al Presidente. “Esa es la actitud”, le contesta Burelli a Arria, a través del correo pedro@burelli.com.
Rodríguez expuso al país parte de un mensaje, también enviado por Machado, vía electrónica, al abogado Gustavo Tarre Briceño, en el que se revela que la derecha cuenta con “una chequera más fuerte que la del régimen para romper el anillo de seguridad internacional (del gobierno)”.
En el correo enviado a través de su cuenta 77gaia@gmail.com, Machado confirmó la participación del gobierno de Estados Unidos, a través del Embajador de esta nación en Colombia, Kevin Whitaker, en las acciones terroristas emprendidas por la derecha en Venezuela.
Plan golpista desmontado en 2015
Este jueves, el presidente de la República informó al país el desmontaje de un nuevo plan golpista que estaba planificado para ser ejecutado el pasado 12 de febrero, cuando se cumplía un año del comienzo de las guarimbas. Esta operación contaba con el apoyo de un reducido grupo de oficiales de la Aviación militar y de civiles.
Maduro explicó que la activación de este plan, impulsado por la derecha venezolana y por el imperio norteamericano, estaba previsto para este 12 de febrero tras la publicación de un manifiesto llamando a un gobierno transitorio.Posteriormente, se iba a atacar con un avión Tucano, traído de afuera del país y al que iban a identificar con siglas venezolanas, los actos de conmemoración de la Batalla de la Victoria y, al mismo tiempo, reactivarían las guarimbas en Caracas y otras ciudades del país.
El Mandatario Nacional explicó que la información se obtuvo de los documentos que estaban en poder de los oficiales, quienes están presos junto a otros civiles implicados.

AVN

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