miércoles, 18 de marzo de 2015

Cuando la guerra toca a nuestra puerta



MARZO 17 DE 2015 
Cuando la posibilidad de una guerra toca a nuestra puerta el primer pensamiento, el primer ser humano que se me viene a la cabeza, y disculpen lo "extraordinario e inusual" de escribir esta Desatada en primera persona, es mi hija. Y lo instintivamente maternal de ese pensamiento también devela la preocupación por el futuro. El futuro de la Patria, que es el futuro de nuestros hijos.
Es muy sencillo preocuparse. Basta revisar la historia reciente para darse cuenta de que cuando Estados Unidos agrede y amenaza con sistematización a un país, ese país está en peligro. Hay quienes se burlan de esa preocupación porque su cabeza hueca al parecer no les da para más. Solo les da para burlarse, para no creer, para reírse y tocarse de la barriga pero no de contentura, sino de ignorancia.
Hay otras personas que buscan una razón "lógica" para argumentar que no estamos en peligro. La principal es que los gringos tienen muchos problemas para buscarse uno más. Respeto su optimista opinión pero una guerra es, para Estados Unidos, parte de la solución a sus problemas. Y es que para la industria militar estadounidense, cuando de dólares se trata, los libios, sirios y afganos son, fueron y serán (si no nos mantenemos firmes) simplemente ceros a la derecha. En ese contexto, los muertos en una guerra son a la industria militar gringa lo que un kilo de azúcar a una procesadora caña: ganancia neta.
Billete verde. Superávit en la balanza de pagos de la vida y de la muerte.
Lo "extraordinario e inusual" es lo que se encontrarán aquí quienes osen intentar apropiarse de nuestro petróleo. Venezuela no es Libia. Unasur no es la Liga Árabe
Hay quienes tienen la certeza de que habrá una agresión militar más temprano que tarde. ¿Vendrán los marines de origen hispano? ¿Desembarcarán por dónde? ¿O será una guerra no convencional? Y entonces se nos vienen a la mente los "rebeldes" de Libia y Siria. Los drones. Unos rebeldes que surgieron de la nada, sin historia, sin barbudos en montañas, sin desembarcos ni guerrilleros heroicos. Estos son financiados por la industria militar gringa y europea, sus acciones surgen de estados financieros, de balances y pérdidas imperiales. Son rebeldes con causa. Su causa la muerte y la destrucción, su causa es arrasar ciudades. Su causa es el dinero. Su causa es su trabajo de mercenarios sin valores humanos. En Libia triunfaron y ahora hasta tienen un nombre que ya "pegó" en el "hitpareid" del horror: Estado Islámico.
Cuando la posibilidad de una guerra toca a nuestra puerta pensamos en Chávez y en las veces que nos dijo que no hay que subestimar las acciones de Estados Unidos porque "el imperio anda desesperado y eso lo hace más peligroso".
Y en ese no subestimar anda nuestro presidente Nicolás Maduro Moros. Y le declaro mi total apoyo y confianza. No subestimar al enemigo. No bajar la guardia. Como otras veces en estos 15 años nos toca tomar partido. No ser indiferentes. El pueblo venezolano es amante de la paz y también es un pueblo digno. Lo "extraordinario e inusual" es lo que se encontrarán aquí quienes osen intentar apropiarse de nuestro petróleo. Venezuela no es Libia. Unasur no es la Liga Árabe. Por aquí no pasarán. Sigamos.

TOMADO DE: http://misionverdad.com/

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