domingo, 15 de marzo de 2015

El clima de odio se instala en Brasil

El pedido de destitución contra Dilma “huele a golpe”

El escándalo de Petrobras, las medidas de ajuste fiscal y la crisis hídrica reavivan la polarización social que surgió durante las elecciones. Caceroladas, insultos en las calles y todo tipo de amenazas en las redes sociales tienen como objetivo acabar con el PT y el recién elegido Gobierno Dilma

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante su discurso. - REUTERS
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante su discurso. - REUTERS
AGNESE MARRA - Público
SAO PAULO.- Era la primera vez que hablaba directamente para la población desde que comenzó su segundo Gobierno. Quiso hacer su primer discurso dedicado a las mujeres aprovechando la fecha conmemorativa del domingo 8 de marzo, pero la respuesta que obtuvo la presidenta Dilma Rousseff no podía ser peor. Gritos de “puta”, “zorra”, “sin vergüenza”, “ladrona” fueron los que más se escucharon en los barrios de clase media y alta de doce ciudades brasileñas, mientras la mandataria hacía su discurso para todas las televisiones y radios del país.

São Paulo, Rio de Janeiro y Brasilia fueron las que hicieron más ruido. Hombres y mujeres salieron a sus balcones con cacerolas y gritaron improperios contra Rousseff, contra Lula y contra el Partido de los Trabajadores (PT). Los gritos podían confundirse con los que suelen escucharse los domingos por la tarde en pleno partido de fútbol, incluso algún vecino “insultó” a Dilma llamándola corintiana (por el Corinthians, el equipo obrero de São Paulo), pero el nivel de odio y la insistencia era distinto al del griterío de un gol errado o de un mal resultado de juego.

Apenas dos días después de hacerse pública la lista oficial de 49 políticos para ser investigados por el desvío de dinero de entre 3.000 y 6.000 millones de euros de Petrobras, Rousseff se mostró ante la población para pedir “comprensión y paciencia” ante las nuevas medidas de ajuste fiscal implementadas por su nuevo equipo económico. Condenó la corrupción pero apenas la citó en su discurso, en el que prefirió usar un tono didáctico para explicar los porqués de sus nuevas recetas económicas. La crisis hídrica, la subida de precio de la energía y de los alimentos fueron otros de los temas tratados por la presidenta.

Sin embargo, los brasileños que salieron a abuchear a Rousseff desde sus balcones no querían escucharla, esa era la pauta marcada en las redes sociales: “A las 20 horas durante el discurso hay que apagar las televisiones y salir a gritar desde las ventanas para pedir que Dilma se vaya”, decían desde Revoltados Online, uno de los grupos de Facebook que a través de las redes y de WhatsApp provocó la cacerolada del domingo.
Odio al PT
A pesar de centrar su indignación en la corrupción del país, los insultos que se lanzaron durante el discurso no fueron dirigidos hacia ningún político del Partido Progresista (PP) al que pertenecen 32 de los diputados imputados por el escándalo Petrobras. Tampoco gritaban el nombre de ningún político del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, aliado del Gobierno) al que pertenecen el presidente del Senado, Renan Calheiros y el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, también imputados junto a otros cinco de su mismo partido. El PT (con seis imputados) y Rousseff, de la que siguen sin tenerse pruebas que la vinculen directamente al escándalo, fueron los objetivos de la ira que se propagaba desde los hogares de cientos de brasileños.

Según el economista Luiz Carlos Bresser-Pereira, este clima comenzó en las pasadas elecciones: “En este momento surgió un fenómeno que nunca había visto en Brasil. De repente vi un odio colectivo de la clase alta, de los ricos, contra un partido y una presidenta. No era preocupación o miedo, era odio”, decía el que fue ministro del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso. El teólogo de la liberación, Leonardo Boff, aseguraba que el “odio no es tanto contra el PT sino contra el pueblo que gracias a las políticas de inclusión del PT ha salido del infierno de la pobreza y ahora ocupa lugares antes reservados para las élites”.

El tipo de insultos usados el pasado domingo recordaron el “Dilma vete a tomar por culo” que se escuchó durante la inauguración del mundial en el estadio de São Paulo. En esa ocasión también se acusó de ser una protesta de “gente rica”, los únicos que podían conseguir una entrada ese día. “Hace un año minimizamos lo ocurrido en la Copa, parecía que no era serio. Ahora sí que lo parece”, advierte el periodista Matheus Pichonelli.

La cacerolada se suma a una serie de acontecimientos que han surgido en las últimas semanas que hacen constatar ese clima de odio al que se refiere Bresser-Pereira. Dos semanas atrás el ex ministro de Hacienda del primer Gobierno Rousseff, Guido Mantega, fue insultado dentro de uno de los hospitales más ricos de São Paulo cuando iba a visitar a un amigo ingresado.Días después un vecino que vive en el mismo edificio que el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, salía a la puerta de la residencia para abuchear y criticar a este político del PT. La semana pasada durante una manifestación anti Dilma en un pueblo de Santa Catarina uno de los manifestante se subió al balcón de una mujer que tenía puesta una bandera del Movimiento Sin Tierrapara intentar arrancarla.

La periodista Eliane Brum planteaba en un artículo en El País Brasil: “¿En qué momento las elecciones o las opiniones contrarias a las nuestras se transforman en la imposibilidad de soportar que el otro exista?”. Según Brum “la sociedad brasileña siempre ha estado atravesada por la violencia, fundada en la eliminación del otro, primero de los pueblos indígenas, después de los negros esclavizados, sus ecos continúan fuertes”.

Las protestas continúan
El próximo viernes 13 sindicatos y movimientos sociales se concentrarán en São Paulo en defensa de los trabajadores de Petrobras, a favor de la reforma política prometida por el PT y darán un apoyo velado al Gobierno Rousseff.

La manifestación de la oposición iba a celebrarse tan sólo el día 15 de marzo de modo que no coincidiera con los movimientos sociales. Sin embargo, tras el “éxito de la cacerolada” el grupo de Facebook Revoltados Online ha convocado una manifestación más el mismo día 13 y en el mismo lugar que los sindicatos, la sede de Petrobras en São Paulo. Aseguran que sólo llegarán a las 15 horas, cuando la manifestación pro Gobierno siga su curso hasta la Plaza de la República. El encuentro entre ambas corrientes puede provocar un nuevo estallido de violencia como el que se vivió en la última manifestación a favor de Roussef en Rio de Janeiro, donde tanto sindicalistas como antipetistas salieron heridos.

Para el próximo domingo se mantendrá la gran manifestación de la oposición en la que se mezclarán diversas corrientes de opinión,desde los que piden la vuelta de los militares, a los que simplemente quieren que se lleve a cabo un impeachment.

La cacerolada del domingo ha alarmado al Gobierno que hasta ahora no valoraba la importancia que podría tener la manifestación del día 15. Dilma Rousseff aseguró horas después que el pueblo brasileño era libre para manifestarse pero que “tenía que aceptar el juego democrático y convivir con la diferencia”. La presidenta se reunirá este martes con Lula da Silva para planear una estrategia más clara ante las nuevas protestas. Su principal rival de la oposición, Aécio Neves, se reunirá el miércoles con figuras de su partido (PSDB) para definir una postura en relación la manifestación del domingo y a la reclamación de impeachment contra la presidenta.

Grupos como Revoltados Online hablan del encuentro del próximo domingo como la “preparación para la gran batalla”. “No queremos un país rojo, queremos un país verde y amarillo. El gigante se ha despertado y vamos a recuperar nuestro país”, dicen desde este grupo con casi 700.000 seguidores.

Este lunes el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB) reculó y dijo que un impeachment no era necesario: “El impeachment es como la bomba atómica, es para disuadir no para usar”. Incluso el senador Aloysio Nunes Ferreira (PSDB), número dos de Aécio Neves en la campaña electoral, y la persona que más había amenazado con ello declaró : “No nos interesa elimpeachment, queremos ver a Dilma desangrarse los próximos cuatro años”.


¿Qué se esconde detrás del odio al PT? (I)

por Leonardo Boff

2015-03-13

       Hay un hecho espantoso aunque analíticamente explicable: el aumento del odio y de la rabia contra el PT. Este hecho viene a revelar el otro lado de la “cordialidad” del brasilero, propuesta por Sérgio Buarque de Holanda: del mismo corazón que nace la acogida cálida viene también el rechazo más violento. Ambos son “cordiales”: las dos caras pasionales del brasilero.
Ese odio está inducido por los medios de comunicación conservadores y por aquellos que en las elecciones no respetaron el rito democrático: se gana o se pierde. Quien pierde reconoce elegantemente la derrota y quien gana muestra magnanimidad con el derrotado. Pero este comportamiento civilizado no fue el que triunfó. Por el contrario: los derrotados procuran por todos los modos deslegitimar la victoria y garantizar un cambio de política que atienda su proyecto, rechazado por la mayoría de los electores.
Para entenderlo, nada mejor que visitar al destacado historiador José Honório Rodrigues, que en su clásico Conciliação e Reforma no Brasil (1965) dice con palabras que parecen actuales:
«Los liberales en el imperio, derrotados en las urnas y alejados del poder, además de indignados se fueron volviendo intolerantes; construyeron una concepción conspiratoria de la historia que consideraba indispensable la intervención del odio, de la intriga, de la impiedad, del resentimiento, de la intolerancia, de la intransigencia, de la indignación para el éxito inesperado e imprevisto de sus fuerzas minoritarias» (p. 11).
Esos grupos prolongan las viejas elites que desde la Colonia hasta hoy nunca cambiaron su ethos. En las palabras del referido autor: «la mayoría fue siempre alienada, antinacional y no contemporánea; nunca se reconcilió con el pueblo; negó sus derechos, arrasó sus vidas y cuando le vio crecer le negó poco a poco su aprobación, conspiró para colocarlo de nuevo en la periferia, lugar al que sigue creyendo que pertenece» (p. 14 y 15). Hoy las élites económicas abominan del pueblo. Sólo lo aceptan fantaseado en el carnaval.
Lamentablemente no les pasa por la cabeza que «las mayores construcciones son fruto del mestizaje racial, que creaba un tipo adaptado al país, el mestizaje cultural que creaba una síntesis nueva; la tolerancia racial que evitó desencaminar los caminos; la tolerancia religiosa que imposibilitó o dificultó las persecuciones de la Inquisición; la expansión territorial, obra de mamelucos, pues el propio Domingos Jorge Velho, invasor que incorporó el Piaui, no hablaba portugués; la integración psicosocial por el irrespeto a los prejuicios y por la creación del sentimiento de solidaridad nacional; la integridad territorial; la unidad de lengua y finalmente la opulencia y la riqueza de Brasil que son fruto del trabajo del pueblo. ¿Y qué hicieron los líderes coloniales posteriores? No dieron al pueblo ni siquiera los beneficios de la salud y la educación» (p. 31-32).
¿A qué vienen estas citas? A reforzar un hecho histórico innegable: con el PT, esos que eran considerados carbón en el proceso productivo (Darcy Ribeiro), la ralea social, consiguieron en una penosa trayectoria organizarse como poder social que se transformó en poder político en el PT y conquistar el Estado con sus aparatos. Apearon del poder a las clases dominantes; no se dio simplemente una alternancia de poder sino un cambio de clase social, base para otro tipo de política. Tal saga equivale a una auténtica revolución social.
Eso es intolerable para las clases poderosas que se acostumbraron a hacer del Estado su lugar natural y a apropiarse privadamente de los bienes públicos mediante el famoso patrimonialismo, denunciado por Raymundo Faoro.
Por todos los medios y artimañas quieren también hoy volver a ocupar ese lugar que juzgan de derecho suyo. Seguramente han empezado a darse cuenta de que tal vez nunca más tendrán condiciones históricas para rehacer su proyecto de dominación/conciliación. Otro tipo de historia política dará, finalmente, a Brasil un destino diferente.
Para ellos, el camino de las urnas se ha vuelto inseguro gracias a al nivel crítico alcanzado por amplios estratos del pueblo que rechazó su proyecto político de alineación neoliberal al proceso de globalización, como socios dependientes y agregados. El camino militar es hoy imposible, dado el cambio del marco. Elucubran con la esdrújula posibilidad de la judicialización de la política, contando con aliados en la Corte Suprema que nutren semejante odio al PT y sienten el mismo desdén por el pueblo.
A través de este expediente, podrían lograr el impeachment de la primera mandataria de la nación. Es un camino conflictivo pues la articulación nacional de los movimientos sociales haría este intento arriesgado y tal vez inviable.
El odio contra el PT es menos contra el PT que contra el pueblo pobre que gracias al PT y a sus políticas sociales de inclusión ha sido sacado del infierno de la pobreza y del hambre y está ocupando los lugares antes reservados a las élites acomodadas. Estas piensan en hacer solo caridad, donar cosas, pero nunca en hacer justicia social.
Me anticipo a los críticos y a los moralistas: ¿pero el PT no se corrompió? Vea el mensalón, vea Petrobrás. No defiendo a corruptos. Reconozco, lamento y rechazo los malos manejos hechos por un puñado de dirigentes. Traicionaron principalmente a más de un millón de afiliados y echaron a perder los ideales de la ética y de la transparencia. Pero en las bases y en los municipios –puedo dar testimonio de ello– se vive otro modo de hacer política, con participación popular, mostrando que un sueño tan generoso, el de un Brasil menos malvado, no se mata así tan fácilmente. Las clases dirigentes, durante 500 años, en palabras fuertes de Capistrano de Abreu, «castraron y recastraron, caparon y recaparon» al pueblo brasilero. ¿Hay mayor corrupción histórica que ésta? Volveremos al tema.            

El pedido de destitución contra Dilma “huele a golpe”

15 marzo 2015 | CUBADEBATE
Dilma Rousseff.Dilma Rousseff.
En la víspera de las marchas convocadas por la oposición, el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardozo, aseguró que “carece de base jurídica” la denuncia pública contra la jefa de Estado por el escándalo de corrupción en Petrobras, ya que hasta ahora “no hay un hecho jurídico imputable” que la haga tambalear en el cargo al que accedió por segunda vez consecutiva, tras la elección democrática de hace 5 meses.
Cardoso sostuvo, además, que el pedido de destitución tras el escándalo de corrupción en Petrobras “huele a golpe” de Estado y sugirió que se trata de una “revancha” de los partidos de oposición por “no haber asimilado la derrota” en los comicios de octubre de 2014.
Según el funcionario, la legislación brasileña establece que debe existir un “hecho jurídico imputable” al presidente para iniciar un proceso de destitución y recalcó que “no hay nada a ser imputado” a Rousseff.
El pasado jueves el partido opositor Solidaridad anunció que a partir del domingo promoverá una junta de firmas para solicitar el proceso de destitución y el viernes el diputado derechista Jair Bolsonaro presentó un pedido formal en este sentido a la Mesa Directora de la Cámara de Diputados.
Un pedido de esa naturaleza puede ser presentado por cualquier ciudadano brasileño, aunque debe ser admitido a trámite por la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha, ya ha dicho que archivará de inmediato cualquier iniciativa formulada en ese sentido.
Varios sectores pretenden demandar este domingo la destitución de Rousseff, aunque otros grupos tan sólo anunciaron su intención de protestar contra la corrupción o contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno.
(Con información de Página 12)



Megamarcha en Brasil en defensa de Rousseff y Petrobras

Por Afp vie, 13 mar 2015 11:11 La Jornada
brasil2.jpg
Miles de sindicalistas, estudiantes y campesinos sin tierra protestaron este viernes en 13 estados de Brasil en defensa de la democracia y de la estatal Petrobras. Foto Ap
Sao Paulo. Miles de sindicalistas, estudiantes y campesinos sin tierra protestaban este viernes pacíficamente en 13 estados de Brasil en defensa de la democracia y de la estatal Petrobras, envuelta en un gran escándalo de corrupción.
Los manifestantes acudieron a las marchas convocadas por la Central Unica de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los Sin Tierra (MST), afines al gobernante Partido de los Trabajadores. Muchos defendieron a la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta duras críticas por la situación económica y la corrupción en la estatal petrolera.
"Yo estoy a favor de Dilma, de la defensa de la democracia, pero también estoy contra la corrupción", dijo a la AFP Gerson Tadeu Conti, un médico de 67 años que protestaba junto a otros cientos de personas frente a la sede de Petrobras en Sao Paulo.
"Tenemos que defender a Petrobras, es nuestro patrimonio. Nunca se ha visto tanta corrupción como ahora. [Los que robaron] que se vayan todos a la cárcel", añadió.
Hasta el mediodía del viernes las manifestaciones habían reunido algo más de 13 mil personas, pero la marcha en Sao Paulo recién estaba iniciándose y en Rio de Janeiro, Brasilia y otras grandes ciudades aún no ha arrancado.
Las protestas de este viernes han sido convocadas en vísperas de otras marchas contra Rousseff previstas este domingo en todo Brasil, donde algunos grupos pedirán el impeachment (destitución) de la mandataria.
En las redes sociales, donde han sido convocadas estas marchas contra el gobierno, abundan los comentarios de internautas que reclaman una intervención militar que ponga fin a más de 12 años de gobierno del PT.
"Estamos aquí para simbolizar nuestro apoyo a Dilma y nuestra oposición contra los movimientos golpistas que quieren derribarla", dijo el abogado André Becerra, de 50 años y afiliado al partido comunista, también presente en la manifestación del viernes.
Brasil vive un clima político de gran incertidumbre luego de que la Corte Suprema autorizara la investigación de 47 políticos -incluidos 12 senadores y 22 diputados en funciones- por su supuesto involucramiento en la trama de sobornos y lavado de dinero de Petrobras. La mayoría pertenecen al PT o a partidos que integran la coalición de gobierno.
Los manifestantes de este viernes, sin embargo, también tienen reclamos para hacer al gobierno, ya que rechazan el ajuste fiscal en curso y el alza de la tasa de interés (actualmente en 12,75%).
"Toda mi vida he sido del PT, voté por Lula y por Dilma, pero ahora está difícil seguir apoyando al partido. Brasil está yendo mal, la economía está mal, nosotros estamos mal. Yo no quiero que Dilma se vaya, pero sí que haya un cambio. Como agricultor no me sustento, hago otros trabajos de albañil para llegar a fin de mes", dijo a la AFP en Sao Paulo Iraní Amaro da Silva, un campesino de 54 años de Pauliceia (estado de São Paulo), que vestía un chaleco rojo de la CUT y un sombrero de paja.


Fotos: Brasileños salen a la calle para apoyar a la presidenta Dilma Rousseff

Publicado: 13 mar 2015 18:59 GMT | Última actualización: 13 mar 2015 21:12 GMT - RT

.
AFP/ NELSON ALMEIDA
Cientos de brasileños han salido este viernes a las calles de Río de Janeiro para mostrar su apoyo a la presidenta Dilma Rousseff. 
Distintos movimientos sociales, asociaciones estudiantiles y sindicatos han salido a las calles de Brasil para expresar su apoyo al Gobierno de Dilma Rousseff y a la petrolera estatal Petrobras ante los intentos de desestabilización de la democracia brasileña, informa el portal Aporrea.
.
REUTERS/Sergio Moraes
.
REUTERS/Sergio Moraes
Entre los organizadores de la manifestación está el Movimiento de los Sin Tierra (MST), el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), así como varios sindicatos y grupos estudiantiles.
.
REUTERS/Sergio Moraes
Otro convocante, la Central Única de Trabajadores (CUT), ha acudido a la manifestación bajo el lema "En defensa de los derechos de la clase trabajadora, de Petrobras, de la democracia y de la reforma política". A su vez, la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB) ha participado en las marchas "En defensa de la nación, de la soberanía, de Petrobras y del empleo".
.
REUTERS/Sergio Moraes


Miles se volcaron ayer a las calles de Brasil contra la protesta de mañana

Los sindicatos salieron en defensa de Dilma Rousseff

Miles de brasileños se manifestaron ayer pacíficamente en casi todos los estados de Brasil en defensa de la democracia y de la empresa Petrobras, inmersa en un megaescándalo de corrupción, mientras crecen los llamados a protestar contra la presidenta Dilma Rousseff el domingo.
El amplio respaldo del movimiento sindical se volcó a favor de Dilma Rousseff. Foto: Reuters.
SAN PABLOAFP/REUTERSsáb mar 14 2015 - El País uy
Estudiantes, sindicalistas y campesinos acudieron a las marchas convocadas por la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los campesinos Sin Tierra, afines al gobernante Partido de los Trabajadores.
La CUT dijo que reunieron a unos 148.000 manifestantes —100.000 de ellos en San Pablo— en este país de 200 millones de habitantes, pero la Policía estimó que solo 32.000.
Vistiendo camisetas rojas —el color del PT—, agitando banderas y coreando consignas, muchos reclamaron una reforma política y defendieron a Rousseff, que fue reelecta por un margen de apenas 3% en octubre y enfrenta en el inicio de su segundo mandato duras críticas por la crisis económica y la corrupción en la estatal petrolera. Su popularidad cayó 19 puntos en febrero, a 23%.
"Yo estoy a favor de Dilma, de la defensa de la democracia, pero también estoy contra la corrupción", dijo Gerson Tadeu Conti, un médico de 67 años que protestó junto a otros cientos de personas frente a la sede de Petrobras en San Pablo, donde se desató una fuerte lluvia.
"Tenemos que defender a Petrobras, es nuestro patrimonio. Nunca se ha visto tanta corrupción como ahora. [Los que robaron] que vayan todos a la cárcel", añadió.

Contra Dilma.

Las protestas de ayer han sido convocadas en vísperas de otras marchas contra Rousseff previstas para mañana en todo Brasil, donde algunos grupos pedirán el "impeachment" (destitución) de la mandataria.
En las redes sociales, donde han sido convocadas estas marchas contra el gobierno, abundan los internautas que reclaman una intervención militar que ponga fin a más de 12 años de gobierno del PT.
"¡No va a haber golpe!", cantaban este viernes cientos de manifestantes en Brasilia, al ritmo de tambores. "Aquí es la fiesta de la democracia, con alegría y sin odio. Ese grupo que saldrá a la calle el domingo quiere regresar a los tiempos duros. Esa derecha golpista no entendió que Dilma ganó con 54 millones de votos. Tenemos críticas al gobierno federal, sí, pero sabemos que va a defendernos", dijo en el acto de Río de Janeiro un portavoz de los obreros metalúrgicos, antes de emprender la marcha hacia la sede de Petrobras.
La economía brasileña ha crecido muy poco en los últimos cuatro años y está ahora estancada, hay déficit de cuentas públicas y balanza comercial e inflación elevada (7,7% en 12 meses). El gobierno impulsa un ajuste fiscal para poner la casa en orden, pero esto disgusta a su vez a parte de la izquierda. Debido a la tensión política y la incertidumbre en vísperas de las protestas, el real profundizó su caída el viernes y cerró en 3,266 por dólar (-3,25%). Este es el menor valor del real desde abril de 2003.
Brasil vive un clima político de gran incertidumbre luego de que la Corte Suprema autorizara la investigación de decenas de políticos —incluidos dos gobernadores, 12 senadores y 22 diputados en funciones— por su supuesto involucramiento en la trama de sobornos y lavado de dinero de Petrobras. La mayoría pertenecen al PT o a partidos que integran la coalición de gobierno.
Los manifestantes de este viernes, sin embargo, también tienen reclamos para hacer al gobierno, ya que rechazan el ajuste fiscal en curso y el alza de la tasa de interés (actualmente en 12,75%).
"Toda mi vida he sido del PT, voté por Lula y por Dilma, pero ahora está difícil seguir apoyando al partido. Brasil está yendo mal, la economía está mal, nosotros estamos mal. Yo no quiero que Dilma se vaya, pero sí que haya un cambio. Como agricultor no me sustento, hago otros trabajos de albañil para llegar a fin de mes", dijo Iraní Amaro da Silva, un campesino de 54 años de Pauliceia (estado de San Pablo), que vestía un chaleco rojo de la CUT y un sombrero de paja.
"Por otro lado, están todos estos robos en Petrobras que ya no se aguantan. Nosotros somos pobres, apenas llegamos a fin de mes, y tenemos que ver todo eso. Es difícil apoyarlo (al gobierno), pero la oposición tampoco nos representa. Estamos perdidos, sin un modelo", lamentó este agricultor.

Corrupción.

Un exjefe de Petrobras dijo el jueves que no había forma de que la compañía petrolera estatal pudiese haber descubierto la enorme trama de corrupción que ha exacerbado los problemas políticos y económicos de Brasil.
Petroleo Brasileiro SA, como es conocida formalmente Petrobras, siguió todos los procesos internos para aprobar más de 30.000 millones de dólares al año en gasto, lo que hacía imposible los costos excesivos en los proyectos, dijo el exejecutivo Jose Sergio Gabrielli a un comité del Congreso en Brasilia que investiga el caso.
Gabrielli no ha sido acusado, pero el gobierno ha congelado sus activos. "Esto no es sobre Petrobras. Esto es el resultado de las acciones de individuos criminales. Es un asunto policial", dijo Gabrielli, quien lideró a la compañía desde el 2005 al 2012 cuando ocurrió la mayor parte de los casos de soborno.

Otro senador involucrado.

La procuraduría general de Brasil agregó un senador socialista a la larga lista de legisladores que son investigados por la confabulación empresaria y política en la estatal Petrobras, que desvió 4.000 millones de dólares. La Corte Suprema aprobó el pedido de la fiscalía para determinar la actuación del senador Fernando Bezerra, del Partido Socialista de Brasil, a partir de indicios aportados por los acusados que colaboran con la justicia a cambio de una menor condena. Con Bezerra, quedaron bajo la lupa de la justicia 13 senadores, 22 diputados y 2 gobernadores. "El pedido de investigación fue autorizado", dijo un asesor de prensa de la Corte Suprema, en referencia al proceso que se iniciará al exministro del gobierno de Rousseff entre 2011 y 2013. AFP

TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario