sábado, 25 de julio de 2015

Operación Liberación y Protección del Pueblo: análisis de fondo

El alto impacto que ha tenido el comienzo del despliegue de la Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP) en zonas del suroeste de Caracas, los Valles del Tuy (Miranda) y el sur de Aragua ofrece respuestas al agudizado incremento de las acciones de violencia que, bajo el encubrimiento mediático y desinformativo, se vendía ante el público bajo la "oportuna" conseja del desbordado hampa común. Y ciertamente, en las acciones de las bandas delictivas, los hechos anunciaban el recrudecimiento. Pero, ¿qué aparenta estar en el fondo no sólo del tiempo escogido para la Operación sino lo que se venía fraguando territorialmente en los puntos atacados?
Las primeras cifras que han anunciado las autoridades ya arrojan un primer cuadro de un proceso de control territorial que tenía que pararse en seco. El robo de vehículos, la política del terror territorial que venía desplegándose contra la población, más el ejercicio de ocupación territorial de facto, apuntan a nuevas aristas dentro del desarrollo de la fase armada de la guerra híbrida contra Venezuela Bolivariana.
Es evidente que el agotamiento de otras vías expeditas de acciones destituyentes no venían cumpliendo con los objetivos planteados: la guerra económica y las agresiones financieras, a falta de resultados políticos, ha venido afectando severamente a los sectores empresariales y financieros del país; los intentos de reactivación de guarimbas capaces de desembocar en una "revolución de color" no alcanzan el proceso de maduración necesario; la campaña de ONGs que propalan la "ciudadanización" del conflicto tampoco ha logrado un efecto en la opinión pública más allá de la respectiva cartelización de la mediocracia nacional e internacional, y, para colmo de males, la fuga política de los grupos de oposición parece indetenible, relegando toda posibilidad de supervivencia a lo que los medios pudieran mantener parcialmente vivo.
Ante tal escenario, el privilegiar a lo externo los conflictos limítrofes con capacidad de proyección hemisférica (Guyana, Colombia) y el terrorismo contra la población, parecieran ser las vías más eficaces (y privilegiadas) en el camino al acento desestabilizador, la agenda golpista, la instalación de un tiempo disruptivo (de guerra abierta) y el enrarecimiento o la propia cancelación del proceso electoral a finales de año.
Antes del despliegue de la Operación, la madrugada del lunes 13 de julio, se revelan una serie de antecedentes que certifican tal acentuación de los hechos. Que en sí mismos no se perciba una relación abierta no excluye que formen parte del mismo proceso, dada la política de alianzas que actualmente existe entre las Bacrim que han venido operando en las zonas donde precisamente se le dio inicio a la OLP. Algunas, dado su contenido expresivo, son muy difíciles de divorciar del contexto general (y mediático, como se verá específicamente).
  • El 25 de junio, el jefe de escoltas, ayudante personal y supervisor jefe de Policaracas, Maicker José Vásquez Caraballo (39) fue asesinado por sujetos, vestidos con uniformes y chalecos antibalas del Cicpc, hecho que fue denunciado como sicariato.
  • El 26 de junio en la madrugada, comisiones del Ejército y la Guardia Nacional destinados para la habilitación de colegios en El Guarataro en vísperas de las elecciones primarias del Partido Socialista de Venezuela (Psuv), fueron atacados tres veces (la última el domingo 28) en tres escuelas distintas de la zona (suroeste de Caracas). En el segundo de los ataques, a las 9 de la noche, en la escuela Ángel Rivas Darwin en el sector La Soledad, los efectivos fueron atacados por alrededor de 50 hombres con fusiles de asalto y armamento de guerra, siendo replegados. 
  • El 4 de julio fue atacada la sede policial de Poliaragua en Barbacoas (municipio Urdaneta), cuando miembros de El Picure la atacaron, una vez más con armamento de guerra, para rescatar a dos miembros detenidos en la localidad limítrofe con el estado Guárico, zona en la que la más resonada de las Bacrim opera.
El agotamiento de otras vías de acciones destituyentes no cumplían con los objetivos planteados
  • Una situación de rehenes se dio el 6 de julio en las oficinas del Banco de Venezuela en Bello Monte (sureste de Caracas) durante un atraco. Al día siguiente, una situación de robo en una sede del Banco Mercantil en el sector Cumboto de Puerto Cabello se le intentó dar el mismo tratamiento mediático de "situación de rehenes", algo quefue desmentido por el Cicpc, pero que deja en evidencia la disposición mediática de promover "oleadas" del mismo fenómeno, evidenciando la pata comunicacional de la guerra. 

El intento de instaurar la hora paraca / Bacrim

Misión Verdad ha venido denunciando a lo largo de los últimos dos años la "evolución" que estas formaciones han venido atestiguando. "A veces solemos asociar al paramilitarismo con elementos uniformados, con unas botas de caucho y un armamento terciado caminando por una montaña, pero como organizaciones van mutando", declaraba el ministro de Interior, Justicia y Paz, Gustavo González López, hace más de un mes atrás.
"Atestiguamos la presunta expansión territorial de bandas como El Picure que ostentan no sólo considerable armamento de guerra sino una organización de tipo militar, el precedente de las llamadas 'bacrim' juega un papel central en la génesis de estas agrupaciones y la lógica política que opera detrás de ellas",agregaba este portal por esos días.
En lo que también se aseveraba: "Las 'bacrim', como estructura mercenaria descentralizada y flexible, son el verdadero brazo armado del neoliberalismo. Lo que antes se había visto producto de la miseria y la carencia, hoy se ve desde el hecho de poder de las armas, el volumen de efectivo y la sofisticación de su propia mecánica como organización. Y la obscenidad de la mercancía ostentada, los raudales de efectivo, la heroicidad frívola joliwudense". Porque aquí también se busca destacar el hecho cultural y de producción simbólica detrás de una estrategia que no aborda solamente lo material.
Y se remataba: "Así se ha ido transfiriendo la experiencia colombiana, para tener ahora en el hampa organizada un organigrama de poder de incidencia que va de los sindicatos, pasa por el corretaje contrabando-bachaqueo-dólar paralelo, cobra vacuna, maneja redes de extorsión, mueve la droga, revoluciona las armas, administra el sicariato y el secuestro exprés y comienza a 'encargarse de la seguridad'. Un trabajo territorial integral".
Ante los acontecimientos atestiguados en Ocumare del Tuy, la Cota 905 y el sur de Aragua, además de confirmar las tesis que Misión Verdad ha venido planteando, se certifica como una realidad irreprochable la presencia paramilitar y una posible fase de "despertar" de muchas de sus células dormidas que ahora coluden con las "alianzas" del crimen organizado emergente.
Freddy Bernal ahonda más en los señalamientos, toda vez que también confirma la presencia de esa "cultura" con alcance en las mafias policiales (además de todo lo mencionado), destacando que los principales focos territoriales no sólo se manifiestan en los lugares en los que se dio inicio a la OLP, sino que también comprenden todo el estado Zulia, Barlovento (en Miranda, además de los Valles), Guárico, sur del estado Bolívar y franjas significativas de la Faja del Orinoco. 
En la región central es evidente que los sectores planteados como Zonas de Paz y los complejos habitacionales de la Misión Vivienda son objetivos centrales, y al contrario de la matriz aplanadora de los medios de la propaganda de guerra, no se trata de un fenómeno irónico para apoltronado consumo (celebratorio) de voceros y operadores políticos, sino de objetivos militares y territoriales claramente definidos. Y esto, al trasladarlo a la cartografía, al ver cómo se desenvuelve en el territorio concreto, alcanza una nueva (y alarmante) lectura.
Es una realidad la presencia paramilitar y una posible fase de "despertar" de sus células dormidas

¿Una toma (líquida) de Caracas?


En la captura de arriba, señalado con el punto rojo en el extremo izquierdo se encuentra la población de Barbacoas. En el punto azul, en el extemo derecho de la base, destaca la población de Memo (otro sector permanentemente azotado por El Picure y otras Bacrim). El Sombrero, epicentro de El Picure, se encuentra a escaso kilometraje de Barbacoas e irradia el campo de acción por el sur de Aragua y el norte de Guárico.
El cuerpo del triángulo abarca esa franja del estado Aragua que incluye en la línea exacta del flanco izquierdo a Camatagua; en el derecho, casi al final del vértice, a Ocumare del Tuy. En el centro de la base de ese corredor hipotético existe una distancia de aproximadamente 120 kilómetros.
Paralelamente, hacia el flanco izquierdo y siguiendo la troncal 11 desde Camatagua se encuentra San Casimiro (por donde se comunica Guárico con los Valles), puerta de entrada y bisagra entre Aragua, Guárico y Miranda. Justamente otro de los puntos nodales en los que se está enfocando la OLP en el sur de Aragua, alcanzando San Sebastián de los Reyes, otra area limítrofe entre Aragua y Guárico. Zonas en donde se han ido desplegando alrededor de 700 efectivos de las fuerzas de seguridad combinadas.
Tanto en dirección oeste así como al este se pueden establecer triangulaciones similares y todas darán puntos neurálgicos en los sitios donde ha sido más manifiesto el brote de Bacrim, como un abanico. Dentro del triángulo aquí desarrollado se encuentran precisamente todas las principales concentraciones poblacionales de los Valles del Tuy (Cúa, Charallave, Ocumare).
La punta del triángulo evidentemente apunta hacia Caracas, y precisamente a la zona suroeste. Aquí es necesario recordar cuáles han sido los sectores que denuncian figuras como Freddy Bernal, señalando la presencia paraca en Coche, El Valle, Santa Rosalía, El Cementerio (Primero de Mayo), la Cota 905 y El Guarataro. Todas barriadas del suroeste de Caracas interconectadas entre ellas bien sea por vías intrabarriales, bien sea por corredores naturales.
Ampliando el cuadro, también se hace manifiesto en dirección al estado Miranda, la sierra de Guatopo que se comunica con Guárico, llegando a Altagracia de Orituco. Pero volviendo al triángulo, se puede interpretar la siguiente cartografía que dentro de sí comprende todos los puntos álgidos que ha tocado la operación, con la excepción al menos no reseñada de Memo, arrojando el siguiente resultado:
La línea azul describe ese primer triángulo planteado, en la línea roja podría abastecerse una ruta de infiltración que va copando la zona descrita, con capacidad de ampliarse por occidente, entre Camatagua y San Sebastián de los Reyes hacia Maracay, y por el oriente del triángulo, entre Guatopo y el oriente de los Valles del Tuy. La línea verde, en la base del triángulo, establece dicha distancia.
Despliegue similar se dio en 2012 en el asedio de Damasco, Siria
Y al hablar de infiltraciones y desplazamientos (que no es otra cosa lo que hacían los operadores de las Bacrim al desalojar o expulsar a otros residentes de los complejos de vivienda en Ciudad Betania y Ciudad Tiuna), toda vez que se marca el trabajo territorial de El Picure y afines en el sur aragüeño, puede destacarse un vasto abanico de rutas de infiltraciones, en especial hacia Caracas, pero no únicamente. 
¿Pero qué permite semejante triangulación? Es evidente que una operación de estas características no se encuentra en capacidad de "tomar" en términos clásicos una ciudad (algo extremadamente difícil y complejo como todas las situaciones de guerra urbana y bastante mal que les iría, por cierto), pero de ninguna manera es descartable, primero, la intención evidente de activación y aplicación de todo el corretaje del sistema de control paraco hamponil, sino también dada la conexión con estructuras paramilitares colombianas, según han señalado las autoridades, en especial en Ciudad Tiuna, lo que podría certificar operaciones especiales de mayor calibre que no necesariamente busquen "tomar" la ciudad, pero sí asaltos de alta precisión y espectacularidad que generen un proceso conmocionante a nivel caraqueño y nacional. Ahí está claramente definido el rastro de la operación frustrada que tuvo a la finca Daktaricomo base de operaciones.

Conclusión provisional

Una triangulación similar se dio, en su contexto específico, cuando se intentó desplegar el asedio (y fallida toma) de Damasco en Siria, en 2012. Más que una similitud metódica evidente.
Una situación de conflicto de carácter "doméstico" en el que se enfrenten fuerzas irregulares contra los cuerpos militares y de seguridad del Estado, dado el agotamiento de las vías "sociales" de una revolución de color, buscaría en su eje de desestabilización retirar la atención de otros conflictos (como de carácter limítrofe) o como punto de aceleración hacia un conflicto armado abierto.
La intervención del Estado, luego de lo que sugiere un desarrollado trabajo de inteligencia, parece haber procedido antes de que continuara esta acción que se sugiere de carácter estratégico en su desarrollo.
Si esto no es un intento de trabajo territorial de amplio espectro, se le parece igualito.
TOMADO DE: http://misionverdad.com/

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