lunes, 23 de noviembre de 2015

WikiLeaks refresca la memoria:

"Otros países ven a EE.UU. como un exportador de terrorismo"


Publicado: 21 nov 2015 12:17 GMT - RT

Imagen ilustrativa
Imagen ilustrativa / Reuters / deviantart / RT

Para nadie es un secreto que grupos terroristas como el Estado Islámico y Al Qaeda intentan constantemente reclutar nuevos miembros en países de Occidente. 
En el caso de EE.UU., este problema estaría creando la noción de que el país se está convirtiendo en "exportador de terroristas", una idea que WikiLeaks trae a colación esta semana al publicar de nuevo un documento de la CIA filtrado en 2010, que ahora cobra más actualidad que nunca.

El documento secreto filtrado por WikiLeaks es uno de los memorandos especiales del grupo 'Red Cell' de la CIA, titulado "¿Qué pasa si los extranjeros ven a Estados Unidos como un exportador de terrorismo?", y describe cómo diversos grupos terroristas aprovechan las libertades y la multiculturalidad de Estados Unidos para reclutar a ciudadanos de ese país para operaciones en el extranjero, algo que se ha vuelto más sencillo en los últimos años gracias al auge de Internet y las redes sociales.

Los Equipos Rojos o Células Rojas ('Red Cell') son unidades utilizadas por el Gobierno de EE.UU. para calificar y testar las tácticas y preparación del personal en los departamentos gubernamentales más importantes.

El memorando también resalta la posibilidad de que los gobiernos extranjeros estén menos dispuestos a cooperar con la CIA y otros organismos de Inteligencia de Estados Unidos, si la idea de que EE.UU. es un "exportador de terrorismo" se populariza.

Esto quiere decir que si los ciudadanos estadounidenses se están uniendo a causas terroristas en países de todo el mundo, los gobiernos de esos países podrían dirigirse a Washington con una serie de cuestionamientos, señala el documento:

• "Los regímenes extranjeros podrían solicitar información sobre los ciudadanos estadounidenses que consideren terroristas o colaboradores de terroristas, o incluso solicitar la entrega de ciudadanos estadounidenses. En caso de que Estados Unidos no coopere, esto podría dar lugar a que aquellos gobiernos se nieguen a permitir que EE.UU. saque a sospechosos de terrorismo de su territorio, perjudicando las alianzas y las relaciones bilaterales".

• "En casos extremos, la negativa de EE.UU. a cooperar con las solicitudes de gobiernos extranjeros para la extradición [de terroristas] podría llevar a algunos gobiernos a considerar la extradicción en secreto de ciudadanos estadounidenses sospechosos de terrorismo en territorio extranjero. 
Las operaciones de servicios de Inteligencia extranjeros en suelo estadounidense para neutralizar o incluso asesinar a personas que se consideran una amenaza tienen precedentes en la historia".

En este sentido, cabe destacar que antes de que EE.UU. entrara en la Segunda Guerra Mundial, la Inteligencia británica llevó a cabo operaciones de información sobre prominentes ciudadanos estadounidenses considerados simpatizantes de los nazis. Algunos historiadores que han examinado los archivos pertinentes sospechan incluso que oficiales de Inteligencia británicos asesinaron a agentes nazis en suelo estadounidense.

El FBI también 'crea terroristas'

En octubre de este año, la organización Human Rights Watch denunció que "el FBI podría haber creado terroristas a partir de ciudadanos respetuosos de la ley", citando el caso del ciudadano estadounidense John Booker, de 20 años, conocido como Mohammed Abdullah Hassan, que en abril de 2014 fue arrestado por preparar un ataque terrorista contra una base militar en el Estado norteamericano de Kansas.

Sin embargo, resultó que agentes encubiertos del FBI manipularon al joven yihadista durante seis meses, proporcionándole una lista detallada de materiales para fabricar bombas e incluso ayudándole a construir una bomba, aunque inerte.

En total, el FBI emplea al menos 15.000 informantes encubiertos que se dedican a un amplio abanico de tareas, informa AFP. A menudo pueden sugerir objetivos o proporcionar armas para convencer a un presunto recluta de que son similares a ellos. El problema, según el medio, es que en algunas operaciones los agentes encubiertos ponen trampas que a veces parecen empujar a la acción a los sospechosos que están en el punto de mira.

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Paso a paso: cómo EE.UU. creó al Estado Islámico

Publicado: 23 sep 2014 18:40 GMT | Última actualización: 16 nov 2015 13:27 GMT - RT


La creación del Estado Islámico por parte de EE.UU. ha pasado por tres etapas: la destrucción de los regímenes seculares y estabilizadores de Irak y Siria y el apoyo a los fundamentalistas sunitas contra Assad, según el historiador Robert Freeman.
"Lo más importante que hay que entender sobre el Estado Islamico es que fue creado por EE.UU.", afirma el historiador Robert Freeman en el portal de noticias Common Dreams. Su creación pasó por tres etapas importantes, precisa.

La primera etapa de la creación del grupo Estado Islámico se produjo durante la guerra de Irak y el derrocamiento del gobierno secular de Sadam Husein. Según el autor, el régimen de Husein fue "corrupto, pero estabilizador": durante su gobierno Al Qaeda no existía dentro de Irak, y el Estado Islámico tiene su origen precisamente en Al Qaeda. Además, EE.UU. dejó el poder en Irak –la mitad de la población del país es sunita– en manos de un Gobierno chiíta. 
El hecho de que el Ejército iraquí y kurdo –los peshmerga– fueran derrotados por el Estado Islámico se debe a que los sunitas prefieren aliarse con sus correligionarios yihadistas a hacerlo con sus "adversarios religiosos" chiítas, afirma el historiador.

La segunda etapa se dio en la campaña contra el Gobierno de Bashar al Assad en Siria. El presidente sirio contaba con una fuerza que durante muchos años mantuvo en "paz relativa" a un conjunto de sectas religiosas dentro del país, estima Freeman. 
En sus intentos de desestabilizar al Gobierno de Siria, EE.UU. ayudó a los "precursores" del Estado Islámico en el país, entre los cuales, según el autor, se encuentra el Frente al-Nusra.

La tercera etapa de la formación del Estado Islámico tuvo lugar cuando "EE.UU. organizó a Arabia Saudita y Turquía para que financiaran y apoyaran a los rebeldes en Siria", quienes, según Freeman, ya eran un "proto-Estado Islámico". Arabia Saudita profesa principalmente el wahhabismo, una de la más "virulentas y agresivamente antioccidentales" versiones del  Islam. Lo que explica que 15 de los 19 terroristas que secuestraron los aviones del 11 de septiembre de 2001 fueran sauditas, así como el propio líder de Al Qaeda Osama bin Laden, recuerda.

A su vez Turquía persigue sus propios intereses en la región, algo demostrado por el hecho de que este país "que ha financiado y promovido al Estado Islámico" no se haya unido a los actuales ataques aéreos realizados por EE.UU. y sus aliados contra posiciones del grupo yihadista en Siria. Tampoco le interesa a Turquía que sean fuertes los kurdos que combaten contra el Estado Islámico, ya que en caso de que se acabara formando un estado kurdo, "una parte suya sería hoy parte del territorio turco", explica Freeman.

Pese a haber creado al Estado Islámico, EE.UU. muestra sus fragilidades a la hora de combatirlo debido a la ausencia de una "estrategia coherente". En este sentido, los "rebeldes moderados" que EE.UU. entrenaba en Siria contra Assad ahora se niegan a luchar contra el Estado Islámico, algo que, según el autor, no es sorprendente, ya que estos rebeldes entregaban a los yihadistas armas suministradas por EE.UU., recuerda el autor. "Las fuerzas más capaces de vencer al Estado Islámico" a corto plazo, concluye,son Rusia, Siria e Irán, pero EE.UU. prefiere ver como la situación de los terroristas se agrava antes que verlos "vencidos por los enemigos de EE.UU.", concluye. 

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La extraña conducta de EI, un monstruo de Frankestein desatado

Por: Moisés Saab

18 noviembre 2015 CUBADEBATE

Existe un aforismo, que se adjudica a la sabiduría de 

los chinos, según el cual una piedra arrojada al mar 

en un país tiene efecto en otro ubicado en sus 

antípodas: es una forma de explicar lo que hoy llamaríamos interacción y se aplica a la reciente ola de atentados y ataques armados de Estado Islámico (EI) en París y otras latitudes.

Tras la efectiva ofensiva de la aviación rusa contra las posiciones EI en Siria, es evidente que esa franquicia se encuentra en una posición que recomienda hacer demostraciones de fuerza espectaculares so pena de verse liquidada como factor político sobre todo en Levante.

La ola de análisis, despachos, opiniones y reuniones de mandatarios y altos funcionarios desatadas por esas acciones violentas en general pasan por alto que esas operaciones con visos de desesperación eran de esperar pues, tras su implantación en la ciudad libia de Derna, voceros de la agrupación armada islamista advirtieron que sus próximos blancos serían los países europeos.

Avisos en ese sentido fueron los ataques, a principios de este año al museo de El Bardo, en Túnez, país de lazos muy estrechos y de dependencia económica con Europa, donde acababa de perder las elecciones el partido An Nahda, de tendencia islamista, y, en enero anterior, el asesinato en la capital francesa de 12 colaboradores del semanario satírico francés Charlie Hebdo.

Sin pasar por alto el ataque contra el maratón de Boston, a fines de 2013 y, por supuesto, a principios de este siglo la destrucción de las Torres Gemelas, en Nueva York, reivindicada por la red extremista Al Qaeda, de Osama Bin Laden, de cuyo nacimiento fue partera la Agencia Central de Inteligencia estadounidense.

Los antecedentes de Daesh (siglas en árabe de EI) se remontan al norte de Iraq y a los días posteriores a la derrota de las fuerzas de ese país en la operación Tormenta del Desierto, a principios de la década de los años 90 del siglo pasado, escalón en la estrategia de Washington para derrocar al presidente Saddam Hussein con el pretexto de la posesión de armas de destrucción masiva.

Vale recordar que después de la retirada de Kuwait de las tropas iraquíes Estados Unidos y Gran Bretaña decretaron una zona de exclusión aérea sobre el norte iraquí argumentada en la necesidad de proteger a la minoría kurda residente en esa zona en la cual, no por casualidad, están los más importantes yacimientos de petróleo del país.

Fue en el norte iraquí donde primero se mencionó la idea de crear un califato que abarcara a todo el mundo árabe el cual sería regido por una interpretación sesgada del Islam elaborada con una mezcla de interpretaciones que han sido desmentidas por académicos tanto sunitas como chiitas, las dos principales escuelas de pensamiento de esa confesión.

En ningún momento la naciente fuerza de EI fue objeto de críticas y, mucho menos, de ataques de las fuerzas de la coalición internacional que participaron en la invasión y ocupación de Iraq, las cuales guardaron un silencio cómplice con las acciones violentas de ese embrión.

Por ironías de la historia, años después se repetiría la secuencia de la creación de la red Al Qaeda en Afganistán y sus ulteriores ataques a las fuerzas aliadas en Iraq y a las torres gemelas.

Podría pensarse que la tolerancia de Washington y sus aliados atlánticos estuvo basada en la premisa según la cual el enemigo de mi enemigo es mi amigo: de ser el caso, el análisis resultó equivocado y las consecuencias desastrosas.

Concluir que existe una coordinación explícita entre EI y las potencias occidentales sería festinado y carente de seriedad dada la falta de elementos responsables, al menos de conocimiento público, aunque algún sustento debe haber dadas las recientes declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, según las cuales existen 40 países que financian y apoyan con medios a EI.

Junto a esas afirmaciones del mandatario resulta innegable que existen hechos que llevan a preguntarse hasta dónde existió una permisividad interesada que permitió a los islamistas devenir un monstruo del doctor Frankestein cuya manifestación más tangible son los recientes atentados en la Ciudad Luz y semanas atrás contra un avión comercial ruso en la península de Sinaí, Egipto.

Sinj embargo, hay hechos que llaman la atención, entre ellos que a principios de febrero de este año fuerzas de EI quemaron vivo al piloto militar jordano Maaz al Kasasbeh, cuyo caza había sido derribado días antes cuando cumplía una misión en Siria y la respuesta del Reino Hachemita no se hizo esperar en la forma de bombardeos masivos contra posiciones de EI en Siria, que por razones sin explicar ni habían ocurrido antes, ni se repitieron.

Una situación similar ocurre ahora con los bombardeos masivos de la aviación francesa contra la ciudad de Ar Raqqa, tenida desde hace tiempo por la capital de Daesh en Siria.
Resulta difícil creer que los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas francesas, integradas en la coalición multinacional creada por Estados Unidos para erradicar a EI no estuvieran al tanto de la importancia de esa localidad, donde fueron bombardeados decenas de camiones cisterna cargados de petróleo.

La venta de crudo extraído de los campos sirios, libios e iraquíes es uno de los medios de financiamiento de esa agrupación armada, junto a la venta de armas en el mercado negro y la organización de viajes de indocumentados hacia Europa, entre otros, aun por conocer.

Esas travesías de ilegales asimismo sirven para enviar a Europa elementos que son los detonantes de acciones violentas como las ocurridas en París y, no debe descartarse, otras en preparación que pueden ocurrir en la misma medida que disminuya la influencia territorial sobre todo en Iraq y Siria, como es de esperar.

Una pregunta inmediata es ¿Por qué nunca antes los cazas galos atacaron esa ciudad si se supone que participan en una campaña para erradicar a esa agrupación islamista?
Otra interrogante ¿Se repetirán las incursiones de la aviación de combate francesa contra ese centro neurálgico de los islamistas o los ataques de esta semana son un gesto para el auditorio interno, estremecido por los atentados en París que dejaron más de 150 muertos y casi el triple de heridos?

En el plano de las conjeturas llama la atención que nunca antes EI, cuya acometividad, disposición y capacidad para atentados suicidas son notorios, haya organizado siquiera una acción desesperada contra las tropas de Israel que ocupan Gaza, Cisjordania y, en especial, Jerusalén, Al Quds para los musulmanes.

Por el contrario el verano de 2014, cuando Israel lanzó su agresión contra Gaza que costó la vida a casi dos mil 200 civiles y heridas a una cifra superior a los 11 mil 500, Daesh organizó una campaña de atentados dinamiteros en Iraq que costó la vida a cientos de personas.

A esa convergencia, por llamarla de alguna forma, se suma que el resultado más visible de la cadena de explosiones en Iraq fue desviar la atención de los casi dos meses de agresión de Tel Aviv contra la franja palestina.

Y, en política, no existen las casualidades, ni siquiera cuando se trate de un monstruo sub humano cuyos órganos vitales tienen demasiados vaso comunicantes.

TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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