miércoles, 10 de febrero de 2016

Las 7 propuestas bachaqueras de Lorenzo Mendoza


WILLIAM SERAFINO


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En un trabajo especial titulado Polar no produce alimentos publicado en Misión Verdad el 20 de julio de 2015, se exponen las razones estructurales bajo las cuales Empresas Polar se posicionó como el principal conglomerado de “alimentos y bebidas” en Venezuela sin invertir ni media locha en la producción real de maíz, arroz, girasol o en las otras materias primas indispensables para el sostenimiento de sus operaciones comerciales.
Sólo en el marco de esta desidia es que puede entenderse a profundidad el lucrativo negocio que no quiere perder Lorenzo Mendoza: el del saqueo sistemático de los dólares que produce el Estado en beneficio exclusivo de sus bolsillos y el de la importación excesiva y parasitaria que tanto le encanta a lo que él llama “proveedores internacionales”.
Sus 7 propuestas deben analizarse y comprenderse desde esta lógica. Lorenzo Mendoza es el menos interesado en producir o en invertir en Venezuela.
Así como un bachaquero compra un producto terminado a un precio y lo revende después 10 veces más caro, Lorenzo Mendoza y Empresas Polar hacen lo mismo al recibir dólares subsidiados para importar productos terminados que luego tendrán un precio exorbitante en el mercado. O lo que es lo mismo: esperar que el Gobierno le venda el maíz para él empaquetarlo y venderlo 10 veces más caro y quedar así ante los medios de comunicación como el mesías mantuano bajo el sacrosanto cielo de la especulación.
1) Reactivar el acceso a materias primas e insumos internacionales
Los rubros estratégicos que Empresas Polar procesa y empaqueta gracias a los dólares del Estado y a la producción agrícola financiada por el Gobierno son tres: Arroz Primor, Harina Pan y Mazeite. 
Ahora bien, cuando él se refiere a insumos internacionales no se está refiriendo a la importación de arroz, maíz o aceite, sino a la enorme gama de estabilizantes artificiales, gluten, azúcar de uso industrial, pasta de tomate e insumos especializados para mantener sus líneas de procesamiento de chucherías, pasapalos, refrescos, curda y golosinas, activas y produciéndole grandes ganancias. 
El Gobierno venezolano debe (según la lógica parasitaria marca Polar) meterse la mano en el bolsillo para que el bachaquero Lorenzo Mendoza pueda seguir operando, además de tener que pagarle la deuda que él tiene con sus “proveedores internacionales”. Según la revista Forbes, Lorenzo Mendoza tiene una fortuna de 4 mil millones de dólares, pero qué va, a mí la deuda que me la pague el Gobierno al que tanto acuso de no apoyarme.
2) Acceder al financiamiento internacional
Tal cual como ya lo venía cuadrando con Ricardo Haussmann en el audio presentado en el mes de octubre, Lorenzo Mendoza ahora exige públicamente que el Gobierno venezolano se endeude con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que él pueda captar dólares producto de ese financiamiento y que luego los intereses y el capital íntegro de ese préstamo salgan de las bóvedas del BCV y no de sus cuentas en el extranjero. 
Es decir, que el Gobierno venezolano priorice pagar los dólares que Lorenzo Mendoza captaría por la vía de ese préstamo que invertir en áreas estratégicas para la vida de la población. 
Mis 4 mil millones de dólares en el extranjero son sagrados, no se tocan. Tanto hablar de cariño a sus “consumidores” y tanto hablar de “esfuerzo venezolano” para terminar exigiéndole al Gobierno que lo haga tres veces más rico de lo que ya es porque él supuestamente sí se jodió trabajando.
3) Apuntalar la producción nacional
El Gobierno venezolano ha realizado un enorme esfuerzo económico y financiero en la entrega de maquinaria agrícola, insumos y créditos bancarios para aumentar la producción nacional en rubros estratégicos de los cuales se beneficia directamente Lorenzo Mendoza. 
Su propuesta para apuntalar la producción nacional no supone bajarse de la mula para comprar tractores, cosechadoras y otorgar financiamiento agrícola, sino que el Gobierno debe crear (y financiar) un fondo de divisas para que él pueda importar lo que necesite sin tantas trabas burocráticas que sin lugar a dudas limitan su impresionante inventiva, brillantez empresarial y modelo gerencial exitoso.
4) Ajustar los precios de acuerdo con la Ley Orgánica de Precios Justos
Esto es, básicamente, liberar los precios de los productos para encarecerlos y tener ganancias respetables a un tipo con la estatura empresarial de alguien que desayuna con la élite financiera en Davos tirándosela de “magnate”, cuando en realidad es un mendigo que depende de Pdvsa. 
Si él colocó el ejemplo de la arepa viuda que cuesta 100 bolívares en la calle, entonces es fácil deducir que si de un paquete de Harina Pan salen 20 arepas, el precio que a él le conviene es de 2 mil bolívares aproximadamente por cada paquete de un kilo. 
Quien recibió más de 2 mil millones de dólares subsidiados entre los años 2013 y 2015, dice que esos precios de la Ley de Precios Justos lo están condenando a la quiebra y a la destrucción de su empresa.
5) Poner a producir a las empresas estatales
Lorenzo Mendoza no sólo pide que el Gobierno venezolano le pague su deuda con los proveedores internacionales, que se endeude y pague el préstamo con el FMI que lo tendría a él como principal beneficiario, sino que también exige que le entreguen las empresas recuperadas por el Estado venezolano para así poder extender su modelo de bachaqueo industrial, de intermediación y fuga de capitales y de importaciones excesivas a todos los sectores de la economía venezolana.
 La deuda que él acumula con sus proveedores internacionales demuestra que en momentos críticos para el país, producto de la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo, ese modelo de endeudamiento infinito y de parasitismo importador sí es exitoso, por eso hay que llevarlo a todas las empresas estatales para acomodarlas en función de ese esquema.
6) Atender el impacto social
Después de 5 propuestas que desnudan su condición bachaquera e intermediaria, es normal que Lorenzo Mendoza intente lavarse las manos y distraer a la audiencia ante los disparates que venía tartamudeando. 
La propuesta fue tan ambigua que no le dedicó más de un minuto para explicarla, lo cual nos hace pensar que “atender el impacto social” tendrá que ver con ofertas y sorteos tipo Kino Táchira para optar por recibir tres paquetes de Harina Pan por el precio de uno.
 Es en “lo social” donde los empresarios más les cuesta dárselas de personajes benevolentes que ponen los intereses de la “población” primero que el de sus ganancias y su afán insaciable de lucro.
7) Recuperar el campo venezolano
“El problema de Venezuela no es que los productores agroindustriales nos dediquemos a sembrar el campo”. 
Con esta pequeñísima frase Lorenzo Mendoza asegura que no es su responsabilidad financiar el aumento de la producción, sino empaquetar y hacerse publicidad con el esfuerzo financiero, económico y humano que los campesinos y el Gobierno ejecutan día tras día en el campo venezolano. 
Y si no es suficiente es mejor, diría pensando Lorenzo Mendoza, ya que con las cosechas deficitarias de las que tanto se queja, él y sus proveedores tienen “argumentos” para pedir dólares en beneficio de la importación parasitaria que ya cumplió 70 años de vida en el tuétano de la cultura del país.
Si algo está en crisis en este momento es el modelo
 rentista, parasitario e importador exitosamente 
encabezado por Empresas Polar. 
La existencia de Lorenzo Mendoza, representante del
 principal conglomerado bachaquero y bodeguero de
 Venezuela, es lo único que está en extrainning. 
Lo que tú representas históricamente te puso en 3 y 2.
 Celebra tu modelo exitoso, pues.
Tomado de Misionverdad.com.
TOMADO DE:http://ciudadccs.info/

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