martes, 29 de marzo de 2016

LETRA PANFLETARIA/Tamaña hipocresía


SIMÓN ALBERTO OSORIO



Muy trágicas noticias se produjeron el pasado asueto de Semana Santa. En Bulgaria, Pakistán, Irak y Yemen se registraron atentados que causaron una gran conmoción, por la magnitud del daño producido a cientos de víctimas inocentes.
Para los grupos terroristas, muchos de ellos surgidos bajo el manto de países que dicen amar la paz, en la sociedad reina la convivencia y la vida solo si son ellos, con sus acciones destructoras, los que imponen las reglas y su forma de pensar.
El más reciente atentado ocurrido en Irak, donde un atacante suicida detonó un cinturón con explosivos en una multitud presente en un estadio en las afueras de Bagdad, dejó 26 personas muertas y otras 71 heridas.
 Mientras que el sucedido días atrás, en un parque de Lahore, en Pakistán, ocasionó la muerte de 50 personas y heridas a 200, entre ellas mujeres y niños. Pero, además, hay que recordar los ataques acontecidos sobre un mercado de la provincia yemení de Haja, el 13 de marzo, fecha en que al menos 41 civiles murieron y otros 75 resultaron heridos.
Resulta muy seguro que tales ataques mortíferos en contra de la vida y la paz seguirán ocurriendo en esas áreas del planeta, pues allí hay grandes intereses geopolíticos de los señores de la guerra. 
También la mayoría de los medios continuarán minimizando en sus coberturas la magnitud de estos sucesos violentos cuando ocurren en países del tercer mundo, mas no si suelen producirse en las naciones civilizadas.
Por ejemplo, el tema de los ataques en Bruselas, ocurridos el 22 de marzo y que ocasionaron aproximadamente 35 personas muertas, ha ocupado amplios espacios en los medios tradicionales y en las novedosas redes sociales. 
Todos los días las agencias de noticias despachan a los confines de la tierra informaciones acerca del caso en cuestión.
Aunque enlutaron miles de hogares en esas zonas del mundo y el grado de violencia presente en todos estos hechos es el mismo, sigue imperando la lógica de que hay muertos que importan más que otros. 
Y es que si son pobres, con piel aceitunada y profesan una cultura muy distinta a la de occidente, tienen poco espacio en los medios.
Así, con esa conducta, la agenda mediática internacional predispone, con su bombardeo informativo, a la opinión pública para que exprese emociones y se identifique con unas víctimas y con otras no. 
Y no se trata de algo nuevo, pero por la omnipresencia de las redes sociales se hace más evidente y, por ende, causa náuseas e indignación tamaña hipocresía de los defensores del sistema dominante.
¡Así estamos, pues!
@s_osorio
TOMADO DEhttp://ciudadccs.info/

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