martes, 20 de septiembre de 2016

JOSÉ FELIX RIBAS



19 de septiembre de 2016
Nace en Caracas, el 19 de septiembre de 1775, José Félix Ribas fue un ilustre militar venezolano, General en Jefe y prócer de la Independencia de Venezuela, dejó una huella intachable en la historia al ser el héroe de la Batalla de La Victoria y símbolo perenne de la resistencia Patria frente a la dominación española. Año después fue ejecutado y su cuerpo desmembrado por los españoles.
El espíritu de lucha lo acompañó siempre. Después del emblemático 12 de febrero en la Batalla de La Victoria –cuando adquirió mayor notoriedad–, decidió trasladarse a Maturín para hacerle frente al realista Francisco Tomás Morales, pero Ribas resultó derrotado.
En la biografía de José Félix Ribas, escrita por Juan Vicente González, el autor narra que, “luego de esta batalla, huyó al occidente del país acompañado de un sobrino y dos criados. En el camino necesitaron víveres, pues estaban sucumbiendo ante el hambre y la fatiga. Al llegar a un poblado llamado Jácome, cerca de Valle de la Pascua, estado Guárico, el criado Concepción González se acercó en busca de alimentos”.
La presencia de González en ese sector despertó la sospecha en la población. Lo sedujeron para que dijera cuál había sido el motivo cierto de su visita y lo convencieron para que delatara a Ribas ante las autoridades.
Esa misma noche del 31 de enero de 1815, el sobrino y el otro criado fueron ejecutados, mientras que Ribas fue llevado prisionero hacia la población de Tucupido. Ahí, el Justicia Mayor, Lorenzo Barrajola, decidió ejecutarlo, al temer que su presencia alborotara a los patriotas.
Luego, lo descuartizaron y su cabeza fue freída en aceite. Algunos de sus miembros fueron expuestos en el Camino Real, mientras que su cabeza fue trasladada primero a Barcelona y después a Caracas, donde fue exhibida en lo que hoy es el sector La Puerta de Caracas, en la parroquia La Pastora”.
Ahí estuvo la cabeza de Ribas desde marzo de 1815, hasta 1821, cuando, luego de la Batalla de Carabobo, Bolívar retoma la ciudad de Caracas. Hoy día hay un monumento que recuerda esa crueldad por parte de los españoles.
¿Por qué este ensañamiento con Ribas? Esa es una interrogante que no responden los libros de historia. Sin embargo, el historiador Félix Ojeda reflexionó al contextualizar que años atrás, cuando fue develada la conspiración de Gual y España, este último corrió con la misma suerte que Ribas. Curiosamente, uno de los que estaba presente viendo esa atroz condena fue el propio líder de la Batalla de La Victoria que recordamos con gloria.
Ojeda contó que una de las características de Ribas era que usaba el gorro frigio, un símbolo de los jacobinos franceses, quienes eran partidarios de la revolución en ese país y uno de los grupos más radicales en lo que a las ideas liberales respecta. El héroe de La Victoria se colocaba ese sombrero constantemente y esto generaba el odio de muchos españoles, incluso de aquellos que no tomaban parte directa de la guerra.
***ENTRE IDEAS Y ACCIONES***
Hasta ahora, en los registros históricos no existen documentos o manifiestos en los que puedan estar plasmados los ideales de José Félix Ribas. Sin embargo, sus actuaciones llevan a concluir que fue un luchador radical y un apasionado defensor de la libertad.
Un ejemplo de ello fue cuando junto a Bolívar apoyó la Independencia de Venezuela, participando en la revolución de 1810. El 25 de abril de ese año integró la Junta Suprema, en representación de los pardos. Este era el grupo social más numeroso de la colonia, la mayoría eran morenos libres, pero excluidos del sistema dominante.
Con este cargo se evidencia que era uno de los personajes más imbuido en el pensamiento liberal de su época. “Esto precisamente le ocasionó algunos problemas porque Ribas admitía que ‘la Independencia tenía que ser de modo radical y una Independencia absoluta,y que había que cortar con los lazos de la monarquía de manera definitiva y rápida”, destacó Ojeda.
El historiador cuenta que por esta firme posición muchos miembros de la Junta Suprema, temerosos de que las ideas despertaran una “peligrosa” revolución, decidieron expulsarlo del país en octubre de ese mismo año.
En 1812, bajo las órdenes de Francisco de Miranda, encabezó una campaña contra el militar español Domingo de Monteverde. Tras la pérdida de la Primera República, ese mismo año, se vio obligado a emigrar a la Nueva Granada, donde sus méritos no se vieron opacados y siguió la lucha contra los realistas.
Posteriormente estuvo bajo las órdenes de Bolívar y de Manuel del Castillo. Con ellos libró la Batalla de Cúcuta, el 28 de febrero de 1813. Desde ahí participó en lo que la historia ha llamado la Campaña Admirable.
Al llegar a Venezuela, Ribas fue uno de los militares de más alto rango, a cargo de la vanguardia del ejército durante la citada Campaña. Entre las acciones militares más importantes de ese periplo en las que participó estuvo la Batalla de Niquitao, el 2 de julio de 1813, la cual fue decisiva para la victoria final porque logró que los españoles se replegaran de la provincia de Barinas hacia Guayana.
Después siguió hacia el occidente, en donde volvió a ser protagonista de otra batalla en Los Horcones, tras la cual quedó debilitado el ejército español y se dio paso a que todas las fuerzas patriotas se unieran en la población de San Carlos.
Desde ahí continuó a la Batalla de Taguanes, el 31 de julio de 1813. Después del triunfo republicano, Monteverde se vio obligado a refugiarse en Puerto Cabello, lo que dejó el camino despejado a la capital.
***BATALLA DE LA VICTORIA***

La Batalla de La Victoria representa una de las más reconocidas de la historia de la Independencia, siendo aquella triunfal jornada, obtenida por los patriotas el 12 de febrero de 1814, la fecha en la que se conmemora el Día de la Juventud, en honor a una muchachada heroica que se elevó vencedora en medio de una guerra, dando la mejor lección de lucha para la posteridad.
En el encartado Juventud Rebelde, la Batalla de La Victoria, publicado en la revista Memorias de Venezuela, se cuenta detalladamente este proceso histórico. Allí se reseñó que por aquellos días “una legión infernal se levantó en los llanos occidentales bajo el mando de José Tomás Boves, jefe español temible e implacable, y amenazó los hermosos valles de Aragua”.
Ante esto, los oficiales criollos hicieron enormes esfuerzos para contener el peligro. Pero la derrota republicana en el combate de La Puerta, el 3 de febrero, abrió el camino para que las huestes de Boves avanzaran hasta La Victoria.
Ese doce de febrero, los soldados españoles mandados ahora por Francisco Tomás Morales –pues Boves había resultado herido en la batalla de La Puerta– comenzaron el avance por la zona de Pantanero, al sur de La Victoria, mientras que la otra columna, lo hacía por San Mateo.
Las tropas atacantes contaban con cerca de 3 mil 500 soldados. Los defensores de la ciudad, bajo el mando del general patriota José Félix Ribas, apenas alcanzaban 1.500, de los cuales unos 800 eran parte de una división organizada en Caracas, la cual estaba conformada por jóvenes estudiantes y seminaristas sin experiencia militar, más allá de las referencias que podían tener a partir de sus estudios.
En el desarrollo de este conflicto bélico hubo un instante de esta gesta que quedó en la memoria colectiva para siempre; Ribas pronunció su famosa arenga: “No podemos optar entre vencer o morir. ¡Necesario es vencer!”.
El fuego de los fusiles y la artillería resonó desde las ocho de la mañana. El enemigo en el avance ganó terreno a los defensores, tomando El Calvario y el Pantanero, cercando así a los jóvenes patriotas en la Plaza Mayor de la ciudad, transformada ahora en una trinchera resistente.
Así se prolongó el combate hasta las cuatro y media de la tarde, cuando desde la torre de la iglesia, se observó una polvareda por el camino de San Mateo, que a lo lejos anunciaba la llegada de refuerzos para los republicanos. Sin dudar, Ribas supo que se trataba de una división enviada por Bolívar para su auxilio, que en número de 220 hombres, bajo el mando de Vicente Campo Elías, llegaban a La Victoria procedentes de La Cabrera.
Inmediatamente, Ribas hizo salir de la posición a ciento cincuenta hombres al mando de Mariano Montilla, para proteger la entrada de las tropas que llegaban. Con este valioso auxilio, los patriotas emprendieron un duro contraataque que permitió retomar las posiciones que ocupaba el enemigo.
Morales escapó asustado y precipitadamente por las montañas en dirección hacia El Pao. El campo de batalla quedó regado de cadáveres. Al caer la noche, Ribas ordenó su regreso para reunir a todas las tropas en la ciudad.
Así culminó la gloriosa hazaña de La Victoria en la que el Libertador le dio el título de “El Vencedor de los Tiranos” a Ribas. Así, aquellos jóvenes, sellarían para siempre la historia, con su valiente sacrificio en defensa de la Patria y el general escribió en letras doradas un capítulo de nuestro pasado.
***EL LÍDER DE LA BATALLA DE LA VICTORIA DEJÓ LEGADO DE LUCHA***

Una de las razones por las cuales es recordada la labor de José Félix Ribas durante el proceso de la Independencia es por el legado que le dejó a la juventud.
El historiador Félix Ojeda expresó su sentir como investigador y joven que ha estudiado la vida y obra de José Félix Ribas. “Nos deja muchas enseñanzas, una de las que más admiro es que fue un hombre de entrega total hasta el punto de sacrificar su propia vida por luchar a favor de sus ideales, que eran los de igualdad y abolición de los regímenes absolutistas”, destacó.
Recalcó que era un ferviente defensor de la autodeterminación de los pueblos. “Una de las cualidades que debemos admirar de Ribas es que nunca se rindió; mientras que muchos oficiales escaparon del país, él corrió el riesgo al permanecer en Venezuela. Fue un republicano ferviente, un hombre que amaba la libertad y que por ella luchó y que por ella murió”.
Asimismo, Ojeda reflexionó en que, “hoy día, los jóvenes sí queremos la felicidad de nuestra Patria, sí queremos construir la Venezuela socialista que soñamos, no podemos optar entre vencer y morir, necesario es vencer”.

En la actualidad su nombre pertenece a importantes reconocimientos y programas para los estudiantes. En 1987, fue creada la Orden José Félix Ribas, para premiar a aquellos jóvenes que brinden una contribución destacada al país y sus ciudadanos en los ámbitos de la cultura, el arte, la ciencia, el deporte, entre otros.
Igualmente, en noviembre de 2003, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías creó la Misión Ribas, para garantizar la inclusión educativa de todas aquellas personas que no hayan podido culminar la educación secundaria.
Asimismo, desde el 19 de septiembre de 2005, un aniversario de su natalicio, reposa en el Panteón Nacional un cofre con sus restos simbólicos, como un homenaje a su abnegada entrega por lograr la Independencia del país.

La Misión Ribas cumplió, en noviembre de 2015, 13 años formando a jóvenes en el ciclo educativo de media y diversificada, en su mayoría provenientes de la Misión Robinson.
“Necesario es vencer”es el lema de la Misión Ribas que recuerda el valor que le transmitió a sus tropas de estudiantes en La Victoria.



TOMADO DE
Asocivil Proviviendas Maisanta en Facebook
y en  Facebook//Libertad Bermeja

No hay comentarios:

Publicar un comentario