martes, 25 de julio de 2017

Los fuegos de la inquisición fascista

No es un deber exclusivo al chavismo salvar a Venezuela del odio. Esa es una tarea de todos. Y es urgente.


Pecados al "servicio" de la

 ¿verdad?

En 1184, la Iglesia católica creó la Inquisición, una institución que buscaba extirpar las libertades, especialmente las relativas al pensamiento o fe religiosa.
 Los frailes dominicos Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger crearon un manual de la Inquisición que se convirtió en "un auténtico 'best seller' de su época, pues fue reeditado catorce veces hasta el año 1520 convirtiéndose, sin duda, la obra más vendida de su tiempo", dice Manuel Villatoro. 

En él, se ofrecían datos para identificar posibles brujas que -según Villatoro- tenían hasta el poder de evaporar el miembro viril de los hombres.
Bartolomé Bennassar aseguró que el Estado moderno español encontró en la Inquisición un "instrumento sin par de cohesión ideológica"; garantizó un cuerpo mental-psicológico que actuaba a través de la "sutil difusión del miedo": a través de la cual así imponían la religión, la política y la estructura social.
En el Simposio Internacional sobre la Inquisición" celebrado en el Vaticano, en 1998, se definieron (se consagraron, tal vez sea el término) dos tipos de inquisición: por un lado la de la Iglesia, y por el otro la de los tribunales civiles, aunque estos, en el fondo juzgaban en nombre del mismo Dios.
El Vaticano reconoció que en la hoguera fallecieron 25 mil personas en Alemania; en Polonia y Lituania, 10 mil; en Suiza, 4 mil; en Dinamarca y Noruega, 1 mil 350; en Reino Unido, 1 mil; en Italia, 36, y en Portugal, cuatro. 
En España habrían sido 49. 
Esta cifra despierta la indignación de historiadores que calculan 100 mil personas procesadas, de las cuales 18 mil habrían terminado en la hoguera. 
Según Juan Antonio Llorente habrían sido 31 mil 192 los quemados vivos en España. 
En el año 2000, la Iglesia Católica pidió perdón por "los pecados cometidos al servicio de la verdad" una extraña manera de disculparse.

Los nazis

Olga Lengyel sobrevivió al campo de concentración de Auschwitz. 
Es la autora de una novela biográfica conocida como Las Cinco Chimeneas en referencia a los hornos crematorios de ese campo de concentración. 
Allí se consumieron en cenizas los cuerpos de sus dos hijos y su esposo.
De los crímenes nazis denunciados con mayor sensibilidad por la comunidad judía se destacan la quema de personas, templos religiosos y comercios.
En la Masacre de Santa Ana de Stazzema, Italia, el 12 de agosto de 1944, soldados nazis y milicianos fascistas asesinaron uno por uno, con metralletas y lanzallamas, a 560 civiles, entre ellos 107 niños menores de 14 años.
En la Masacre de Gardelegen, cometida el 13 de abril de 1945, fueron quemados vivos 1 mil 16 prisioneros.

Un Hitler en Buenos Aires... O 

tal vez... Varios

Coincidiendo con las prácticas nazis, la dictadura argentina encabezada por Jorge Videla también cremaba sus crímenes. 
En las instalaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) funcionó un centro de detención, tortura y exterminio en el que asesinaron por lo menos a 4 mil 500 personas. 
Sobrevivieron apenas 500. El informe nunca más dedica un capítulo completo a la desaparición de cuerpos por incineración, proceso que recibía la vulgar denominación de "asaditos".
Aquella Iglesia católica que instauró la Inquisición, siglos después mantuvo alianzas con los nazis. También con la dictadura de Videla que llegó a reconocer, incluso, la asesoría que ofrecía la jerarquía eclesiástica a su gobierno en el tema de los desaparecidos.
Entre 1882 y 1968, en Estados Unidos, se registraron 3 mil 446 afroamericanos, la mayoría de ellos quemados vivos por la acción de grupos extremistas como el Ku Klux Klan, según una investigación realizada por un grupo antiaborto de la Universidad de Tuskegee.

Prácticas inquisitoriales de hoy

En el año 2014, Alberto Federico Ravell escribió un escabroso Twitter de escasos caracteres: "En Ucrania ya se pudo".


Hacía referencia a la instalación de un gobierno controlado por grupos neonazis. Cuatro días después de haber colgado el desdichado tuit, en Ucrania, un grupo de neonazis patrocinados por Washington crucificaron y quemaron vivo a un independentista
.

Las grandes transnacionales de noticias hicieron grandes esfuerzos por ocultar el crimen. 
Un par de semanas después, 42 personas fueron quemadas vivas
Las víctimas fueron acorraladas en un edificio que fue encendido en llamas por un grupo de ultraderecha en Odessa.
Desde el año 2015, el grupo terrorista Daesh ha documentado en sus propias producciones audiovisuales la quema de personas. T
al fue el caso de un piloto jordano que fue secuestrado, encerrado en una jaula y quemado vivo ante las cámaras. 
Reportes de prensa documentan quemas de grupos de personas en distintas localidades de Irak y Siria. 
En 2016, se reportó la quema grupal de 19 mujeres que se negaron a mantener relaciones sexuales con los terroristas.
 El crimen de esta naturaleza más reciente ocurrió el día 3 de junio, cuando los terroristas rociaron con gasolina a una docena de personas a las que prendieron en llamas.
Esta práctica es emulada por el grupo terrorista Boko Haram en Nigeria. 
Un reporte de Euronews refiere el "horror sin límites" del grupo extremista que atacó con bombas incendiarias a una comunidad en la que asesinaron a casi todos los habitantes.
Los medios, no obstante, no son tan severos en las condenas de estas espantosas prácticas cuando ocurren en Venezuela. 
La prensa española evitó delatar a los autores de un espantoso crimen ocurrido el día martes 18 de julio en Lechería cuando un grupo fascista hirió de muerte con un mortero a Héctor Amuello, prendió en llamas su cuerpo, para posteriormente agredir al cadáver con piedras y botellas. 
Medios nacionales prefirieron seguir las lecciones del manual de la inquisición criminalizando a la víctima describiendo su ideología y pertenencia a un grupo político como si este representara una amenaza.



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1/2 Esta reseña de El Nacional pretende justificar el crimen ocurrido en Lechería hoy: una persona quemada viva

Ese mismo día, en la estación del Metro de Altamira, un joven transeúnte fue identificado como "chavista" por un grupo de fascistas que estaban manifestando en las inmediaciones. Recibió heridas punzopenetrantes y quemaduras en una porción importante del cuerpo. Tvs Pueblo entrevistó al joven que aseguró encontrarse en el lugar buscando a un familiar.

Medios de comunicación han difundido otra versión de los hechos y aseguran que se trató de una "riña" entre miembros de la mal llamada "resistencia" por el cobro de peaje a los vehículos.
Red58.org elaboró un mapa en la aplicación de Google en el que se documentan 23 casos de personas víctimas de armas incendiarias registradas en distintas fuentes de prensa. Citamos textualmente:
"Este tipo de crímenes, inéditos en la historia contemporánea de Venezuela, se han producido en cinco regiones del país en los últimos 118 días: Región Capital (15), Lara (4), Zulia (2), Anzoátegui (1) y Táchira (1). Tres de estos hechos ocurrieron cuando, involuntariamente, estallaron los explosivos en las manos de los propios manifestantes de la oposición. 
En 20 casos, las personas agredidas eran funcionarios gubernamentales, personas de color, pobres o fueron señalados como chavistas por fanáticos, en acciones donde los perpetradores utilizaron cócteles molotov y morteros caseros, petardos y otras armas".


La mayoría de estos casos han ocurrido en el municipio Chacao, gobernado por el partido de oposición Primero Justicia. Jóvenes rescatados del terrorismo y la guarimba, que han ofrecido testimonio a autoridades y a medios de comunicación, denuncian a esta organización como la principal auspiciante de estos grupos.
Según cifras que obtuvimos gracias a la colaboración del Puesto General del Comando del CEOFANB, 62 funcionarios presentan lesiones por quemaduras, lo que equivale al 13% de los Guardias Nacionales heridos.


El fuego, como arma de guerra, asesina o marca para siempre.
 Incineran a chavistas, o a sospechosos de serlo, pero también incineran la voluntad de sus propios seguidores.
 Lo hicieron so pretexto de ocultar la identidad de aquellos que, orgullosos, se mostraron en todas las redes sociales participando de un plebiscito no vinculante, convocatoria que surgió como alternativa frente a la Constituyente. 
Es decir, tanto para la izquierda como para la derecha, la democracia ha girado en torno a la convocatoria de Maduro. 
La quema del material electoral fue un acto simbólico, pero también político: la democracia fue cremada haciendo imposible cualquier auditoría post-mortem.
Define la Oficina del asesor 

especial sobre la prevención del 

genocidio:
"El crimen de odio es una modalidad de delito deshumanizante porque quien lo comete considera que su víctima carece de valor humano a causa de su color, sexo, orientación sexual, género, identidad de género, origen, origen étnico, status civil, nacimiento, impedimento físico o mental, condición social, religión, edad, creencias religiosas o políticas".
Los grupos terroristas que actúan en Venezuela han rescatado códigos de las cruzadas impulsadas por la Iglesia católica, así como cruces similares a la distintiva del Ku Klux Klan. 
Su comportamiento de odio gregario sobre grandes vehículos nos conducen a la remembranza de las imágenes de grupos de terroristas en Medio Oriente y Nigeria.
 Y es que los criminales del odio tienen puntos en común: hacen una construcción social consciente, ideológica y previa de las víctimas a atacar, al tiempo que justifican sus delitos con razones aparentemente superiores.
No es un deber exclusivo al 

chavismo salvar a Venezuela del 

odio. 

Esa es una tarea de todos. 

Y es urgente.

Publicado originalmente en el blog de Larissa Costas.

TOMADO DE:   http://misionverdad.com
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